En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor
echa fuera el temor…
1 Juan 4:18
Los expertos dicen que los bebes tienen dos temores
que son naturales: el temor a caerse
y el temor a ruidos fuertes. Un estudio acerca del temor fue desarrollado
con 500 adultos de diferentes edades, trasfondos y estilos de vida. Los resultados mostraron que ellos
compartieron alrededor de 7,000 temores diferentes. Esto significa que deben haber aprendido 6,998 temores desde que
nacieron. ¡Esta es una gran cantidad de
temores!
Actualmente, nuestros cuerpos son diseñados por la fe. El
temor era extraño para el hombre hasta que Adán pecó contra Dios. Por primera vez, Adán conoció el temor, y se
escondió de Dios y dijo: “Oí Tu voz…
tuve miedo… me escondí.” (Génesis 3:10)
Desde entonces, el hombre ha estado viviendo en el reino del temor —temor al futuro,
temor a lo que otros puedan decir, temor a las enfermedades, temor a
volar… En realidad, todo temor nace de la sensación
de estar separados de Dios. Si tú
estás creyendo que Dios todavía está enojado
contigo, y que Él está decidido a castigarte, ¿cómo podrías entonces tener fe en que todo va a estar bien? ¿Cómo podrías tener fe para tu milagro?
Pero yo tengo buenas
noticias para ti. Hay un antídoto
seguro para el temor. El apóstol Juan
dice que “el perfecto amor echa fuera el temor.” Cuando
tú sabes que Dios te ama tanto que dio a Su Hijo para que llevara tu castigo y
tú pudieras tomar Sus bendiciones, dejas de tener temor.
Dios te ama tanto que en la cruz, Jesús fue rechazado
para que tú pudieras convertirte en el amado de Dios. No fueron los clavos los que mantuvieron a
Jesús en la cruz. Fue Su amor por ti. Y si Dios no retuvo a Jesús, ¿por qué crees
que Él retendría la sanidad, la provisión financiera o un matrimonio bendecido
para ti? (Romanos 8:32)
Hoy, cuando escuches Su voz, vas a escucharlo decir: “Tú eres Mi hijo amado, en ti
tengo complacencia.” Y no
tendrás que esconderte, tú puedes correr hacia Él sin temor porque Él no está ahí para castigarte. ¡Él
está ahí para protegerte y para proveer para ti, así que no temas!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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