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lunes, 8 de octubre de 2018

Fíjate En Lo Que Jesús Hace


“Porque ninguna cosa será imposible para Dios.”
Lucas 1:37
Puede que hayas escuchado de tus amigos o encontrado en algún libro cristiano esta pregunta muy común, “¿Qué haría Jesús?”  Es una pregunta que se ha enseñado a los cristianos que se hagan a sí mismos cuando están enfrentando algún problema.
Pero cuando te preguntas a ti mismo, “¿Qué haría Jesús?” en alguna situación, la respuesta está sujeta a tu propia interpretación y teología.  Por ejemplo, si eres de una iglesia que no cree que Jesús sana en este tiempo, podrías pensar que esta es la manera en la que Jesús oraría por los enfermos: “Oh Padre, dale paciencia para soportar su sufrimiento,” y procederías a orar de esa manera por una persona enferma.  Así que, cuando tú intentas pensar sobre lo que Jesús haría, ¡estás regresando directamente hacia tu carne!
Tal vez el recordatorio debería ser: “Fíjate en lo que Jesús hace.”  Cuando yo predico, observo lo que Jesús está haciendo o me está llevando a hacer.  Si Él me impulsa a decir o a hacer algo, yo lo digo o lo hago.  Yo sé que yo no estoy en el púlpito para manifestar al Pastor Prince o a su carne, sino, ¡para manifestar a Jesucristo, con quien nada es imposible!
En un servicio de domingo, impulsado por Dios, yo compartí con la congregación que Él quería restaurar artículos perdidos.  La siguiente semana, un miembro de la iglesia escribió: “El domingo pasado, Pastor Prince, usted mencionó que el Señor nos ayudaría a recuperar artículos perdidos.  Yo sabía que la palabra era para mí.  Mi brazalete y anillo de diamantes habían estado perdidos durante semanas…  Alabado sea Dios, cuando regresé a casa ese día, mi empleada doméstica me entregó estos artículos perdidos en mis manos.  Ella los encontró a las 10:30 de esa mañana, mientras yo todavía estaba alabando al Señor en la iglesia.”
En otra ocasión, yo estaba orando por una dama que estaba postrada sobre una silla de ruedas, cuando sentí a Dios diciéndome que la levantara de la silla de ruedas.  Vaya, me alegro de que antes de que yo me diera cuenta de lo que estaba haciendo, ¡ella ya estaba de pie, sin ayuda!  Ahora, si yo hubiera tomado tiempo para pensar —“¿Dios mío, qué estoy haciendo?”— mi pensamiento podía haber obstruido mi obediencia al impulso de Dios.
Así que, cuando tú eres dirigido a hablar con alguien, observa lo que Jesús hace.  Cuando tú oras por tus hijos, observa lo que Jesús hace.  Cuando confiesas la Palabra de Dios sobre tu situación, ¡observa lo que Jesús hace!  ¡Mantén tus ojos puestos en Jesús, con quien nada es imposible!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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