En la senda de la justicia está la vida, y
en su camino no hay muerte.
Proverbios 12:28
Dios no nos quiere preocupados por lo que
sucede en el mundo. Nosotros no tenemos que ser afectados por lo que
está causando que el mundo esté viviendo en temor, porque nosotros somos la justicia de Dios en Cristo. (2 Corintios
5:21) Y la Biblia dice: “En
la senda de la justicia está la vida, y en su camino no hay muerte.”
Los patriarcas del
Antiguo Testamento no sufrieron
durante las temporadas de hambruna que sucedieron mientras vivían. Abraham permaneció siendo un hombre muy rico en cuanto a ganado, plata y
oro. (Génesis 12:10, 13:1-2) Isaac cosechó al ciento por uno en la tierra
que él plantó. (Génesis 26:1, 12-14) José,
y toda su familia, fueron ricamente
provistos en Egipto. (Génesis 47:11-13, 27)
Ellos no fueron simplemente
librados del sufrimiento —¡Ellos
prosperaron excesivamente!
Así que, aunque nuestra
nación o el mundo entre en recesión, nosotros
no tenemos que sufrir. Mientras mantengamos nuestros ojos en
Jesús, nuestra justicia, ¡vamos a prosperar!
Esto probó ser cierto
para una miembro de la iglesia, cuyo jefe había dicho a todos que esperaran una
reducción salarial sustancial, durante un momento de recesión económica. Pero mientras sus colegas recibieron
reducciones salariales, ¡ella recibió un
incremento sustancial! Ella, como la justicia de Dios en Cristo, vio
provisión en un tiempo de escasez.
En medio de noticias
terribles como ataques terroristas, pestilencias mortales y desastres
naturales, Dios dice: “En la senda de la justicia está la vida, y
en su camino no hay muerte.” De
hecho, Él protegió completamente a un pueblo costero en el Sur de India durante
el tsunami asiático en 2,004.
Un pastor que vivía en
ese pueblo costero, estaba orando esa
mañana cuando se sintió impulsado por el Espíritu Santo a declarar la sangre de
Jesús sobre todo el pueblo. Así que,
él hizo justo eso. Cuando el tsunami
golpeó, su pueblo no fue tocado,
mientras otros cinco pueblos, que estaban más hacia el interior, fueron
totalmente borrados por la inundación devastadora.
Mi amigo, Dios nos protege cuando el mundo está
experimentando el mal, porque nosotros somos la justicia de Dios en Cristo. Su Palabra declara que: “¡En la senda de la justicia está
la vida, y en su camino no hay muerte!”
Viendo a través de los ojos
de la fe,
Joseph Prince
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