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sábado, 13 de octubre de 2018

Saludable Y Fuerte Cada Día


Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón.
Hechos 2:46
En aquel entonces en la iglesia primitiva, los cristianos se reunían entre sí todos los días, bien fuera corporativamente en el templo o de casa en casa en grupos más pequeños.  Y cuando se reunían en sus casas, la Biblia nos dice que partían el pan.  Esto es la Comunión de la Santa Cena, ¡y la tomaban todos los días!
Ahora, yo no estoy diciendo que tú debas tomar la Santa Cena todos los días.  Pero si te sientes dirigido a ello y quieres hacerlo, ¡adelante!  Lo que pasa con tomar a diario la Santa Cena es lo siguiente: Si tú estás enfermo, puedes ser sanado de forma gradual.  Esto significa que te haces más saludable y más fuerte día a día —¡primero al treinta por uno, luego al sesenta por uno y luego al ciento por uno!
Verás, tú puedes recibir sanidad por medio de la oración de fe (Marcos 11:24), pero algunas veces esto ejerce presión sobre ti porque se requiere que creas que tú recibes todo —sanidad completa— en el momento en que oras.  No hay nada de malo con la oración de fe, pero puede que te descubras repitiendo: “¡Debo creer que recibo todo, ahora!  ¡Debo creer que lo tengo todo, ahora!”
Pero la Santa Cena, te permite recibir una medida de sanidad cada vez que la tomas con fe, para que te vayas sintiendo mejor y mejor.  Cuanto más la tomes, mejor te sientes.  No hay presión para creer que recibes todo de una vez.  ¿No es bueno nuestro Dios?  ¡Él se encuentra con nosotros en nuestro nivel de fe!
Ahora, hay casos que conozco en nuestra iglesia, en mi familia y en mi propia vida, en los que la manifestación de la sanidad es inmediata y completa.  Si sucede de esta manera, ¡gloria a Dios!  Pero si no, no te preocupes.  Cuanto más tomes la Santa Cena, mejor te sentirás.
Sé de personas que toman la Santa Cena tres veces al día, ¡al igual que lo harían con su medicina!  ¿Por qué no?  Mi amigo, si tú estás muy enfermo y estás tomando diligentemente tu medicamento tres veces al día, ¿por qué no darle a la Cena del Señor la misma atención?  ¿Por qué no aumentar tu probabilidad de recuperación?  La próxima vez que comas el pan y bebas de la copa, ¡puede ser que sólo te des cuenta que tu enfermedad se ha ido totalmente!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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