Día tras día continuaban unánimes en el templo y
partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y
sencillez de corazón.
Hechos 2:46
En aquel entonces en la
iglesia primitiva, los cristianos se reunían entre sí todos los días, bien
fuera corporativamente en el templo o de casa en casa en grupos más
pequeños. Y cuando se reunían en sus
casas, la Biblia nos dice que partían el
pan. Esto es la Comunión de la Santa Cena, ¡y la tomaban todos los días!
Ahora, yo no estoy
diciendo que tú debas tomar la Santa Cena todos los días. Pero si te
sientes dirigido a ello y quieres
hacerlo, ¡adelante! Lo que pasa con
tomar a diario la Santa Cena es lo siguiente: Si tú estás enfermo, puedes ser sanado de forma gradual. Esto significa que te haces más saludable y más fuerte día a día —¡primero al treinta
por uno, luego al sesenta por uno y luego al ciento por uno!
Verás, tú puedes recibir sanidad por medio de la oración de
fe (Marcos 11:24), pero algunas veces esto ejerce presión sobre ti porque se
requiere que creas que tú recibes todo —sanidad completa— en el momento en que
oras. No hay nada de malo con la oración
de fe, pero puede que te descubras repitiendo: “¡Debo creer que recibo todo,
ahora! ¡Debo creer que lo tengo todo,
ahora!”
Pero la Santa Cena, te permite recibir una
medida de sanidad cada vez que la tomas con fe, para que te vayas sintiendo
mejor y mejor. Cuanto más la tomes, mejor te sientes. No hay presión para creer que recibes todo de
una vez. ¿No es bueno nuestro Dios? ¡Él se
encuentra con nosotros en nuestro nivel de fe!
Ahora, hay casos que
conozco en nuestra iglesia, en mi familia y en mi propia vida, en los que la
manifestación de la sanidad es inmediata y completa. Si sucede de esta manera, ¡gloria a
Dios! Pero si no, no te preocupes. Cuanto más tomes la Santa Cena, mejor te
sentirás.
Sé de personas que toman
la Santa Cena tres veces al día, ¡al igual que lo harían con su medicina! ¿Por qué no?
Mi amigo, si tú estás muy enfermo y estás tomando diligentemente tu
medicamento tres veces al día, ¿por qué no darle a la Cena del Señor la misma
atención? ¿Por qué no aumentar tu
probabilidad de recuperación? La próxima vez que comas el pan y bebas de
la copa, ¡puede ser que sólo te des cuenta que tu enfermedad se ha ido
totalmente!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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