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lunes, 15 de octubre de 2018

El Sacerdocio De Jesús Nunca Maldice


Y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen, siendo constituido por Dios Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec.
Hebreos 5:9-10
Cuando Jesús murió y resucitó, Él se convirtió en nuestro Sumo Sacerdote.  Pero nota que el sacerdocio de Jesús es “según el orden de Melquisedec”.  ¿Por qué el sacerdocio de Melquisedec?
Porque el sacerdocio de Melquisedec da al hombre (mientras que el sacerdocio de Aarón toma del hombre).  Esto lo vemos cuando Melquisedec le da pan y vino a Abraham para que se refresque del cansancio después de su batalla con los reyes enemigos. (Génesis 14:14-20)  Así que, si el sacerdocio de Jesús es según el orden de Melquisedec, ¡entonces es un sacerdocio en el que podemos acercarnos confiadamente a Su presencia para recibir de Él! (Hebreos 4:16)
Por otra parte, la primera palabra de la boca de Melquisedec fue “Bendito” —“Bendito sea Abram...” (Génesis 14:19)  El orden de Melquisedec es sólo eso —bendiciones.  En otras palabras, ¡el sacerdocio de Jesús es un sacerdocio que nos bendice y nunca nos maldice!
Así que, ¿estamos conscientes de lo que Jesús, nuestro Sumo Sacerdote nos da todos los días?  ¿Estamos alerta a todas Sus bendiciones que vienen del cielo para nosotros en la tierra?
Hoy en día, es fácil para nosotros creer a Dios por Sus bendiciones de la creación.  Por ejemplo, no tenemos ninguna dificultad para creer que el sol saldrá cada mañana.  Pero si bien no tenemos problemas para creer en la obra de la creación, si los tenemos para creer en la obra de la redención.  Algunas veces, nos resulta difícil creerle a Dios por sanidad, provisión, favor, protección o restauración —bendiciones que Jesús murió para darnos.  Y en realidad no creemos que todos los días, el Señor cuidará de nosotros, mantendrá nuestro cuerpo sano y proveerá para todas nuestras necesidades.
Aunque, la creación ha caído.  Y esto puede ser tanto una bendición, como una maldición.  Algunas veces, surge una tormenta, con vientos y lluvias fuertes que destruyen miles de hogares y de vidas.  A veces, las nubes oscuras ocultan el sol y hacen que todo el día sea sombrío.
Mi amigo, no podemos poner nuestra confianza en la creación, pero sin duda podemos poner nuestra confianza en la redención.  ¡Y a diferencia de la creación, las bendiciones de la redención son todas buenas!  La obra de Jesús no está sujeta a las condiciones meteorológicas o cualquier otra cosa.  La obra de la redención es tan segura como Jesús mismo.  ¡Él murió y resucitó para ser nuestro Sumo Sacerdote que cada día nos colma de bendiciones!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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