Pero el Señor dijo a
Samuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he
desechado; pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia
exterior, pero el Señor mira el corazón.
1
Samuel 16:7
Imagina a David cuando era un joven pastor. Muchos de los que lo conocieron en sus días
previos a Goliat, muy probablemente veían solo a un joven común y corriente
—alguien que vivía en casa con sus padres y hermanos, disfrutaba del aire libre
y amaba la música. Pero donde otros
veían a un adolescente típico, Dios vio
a un rey en el joven David. Él vio el nombre de David siendo
pronunciado con honor por siempre, ¡porque incluso el Señor Jesús es llamado el
Hijo de David!
Imagina a Moisés después de que se había instalado cómodamente en el
desierto con una bella esposa, niños encantadores y una buena familia
política. Él podría haberse visto a sí
mismo retirándose felizmente en un futuro próximo. Pero Dios
tenía grandes planes para él. Dios tenía grandes sueños para él. Dios vio el Mar Rojo abriéndose delante de él
y a todo un ejército egipcio siendo borrado en su presencia. Dios vio en Moisés, al libertador de Su
pueblo.
Ahora, regresa conmigo un poco menos lejos en el tiempo. Mira a un pequeño niño que permanece
solitario durante el tiempo de juegos.
Nadie lo quiere en su equipo porque él es flaco y se ve debilucho. A medida que crece, durante su adolescencia
él sufre de complejo de inferioridad. Él
balbucea y tartamudea tanto que todos sus compañeros de clase se ríen de él.
Pero hoy en día, es el pastor
principal de la Iglesia Nueva Creación.
Varias veces, cada semana él predica delante de una multitud de más de 30,000 personas. Y recibe invitaciones para disertar en
iglesias y conferencias de pastores de
todo el mundo. En esos primeros
años, no había manera de que yo hubiera
podido concebir en mi mente lo que Dios vio en mi y los sueños que Él tenía
para mí.
Amado, Dios no ve como el hombre
ve. Dios vio en el temeroso Gedeón a un poderoso hombre valiente y lo llamó
así, incluso cuando él estaba escondiéndose con miedo de sus enemigos.
(Jueces 6:12) Dios vio en el joven David
a un rey y lo ungió como tal. (1
Samuel 16:10-13) Dios vio en el manso
Moisés a un libertador y lo sacó de la
oscuridad. (Éxodo 3)
Hoy, Dios ve más allá de lo que
el hombre ve y dice acerca de ti, y ¡Él tiene sueños para ti que son más
grandes de lo que puedes imaginar!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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