Y el sacerdote lo valuará como bueno o como malo;
como tú, el sacerdote, lo valúes, así será.
Levítico 27:12
Tu colega dice que esta
semana va a ser terrible porque el nuevo jefe es una mala persona. Tú no estás de acuerdo y dices que va a ser una semana bendecida. Ambos pasarán por la misma semana, pero con
resultados muy diferentes. Mientras la
semana de tu amigo será de hecho terrible, ¡la
tuya estará llena del favor del Señor!
En el Antiguo
Testamento, cuando alguien traía al sacerdote algo que tenía, para ser valuado,
cualquiera que fuera el valor que el
sacerdote le daba a esto, ése era su valor.
Si él lo valuaba como algo de buen valor, entonces era de buen
valor. Si lo valuaba como algo de poco
valor, entonces era de poco valor.
Hoy, tú también eres un sacerdote, debido a la
sangre de Jesús. (Apocalipsis 1:5-6) Y “como tú, el sacerdote, lo valúes, así
será.” Si tú valoras tu año como
un año de avances financieros, entonces así será para ti. Si valoras tu vida como llena de salud
divina, entonces así será para ti.
Hubo un paciente con un
derrame cerebral que estaba postrado en cama.
Mientras escuchaba mis sermones grabados, él le dio valor a creer que con Dios como su salvación, su vida sería
larga y con salud. (Salmos 91:16, RVA)
Él creía que Dios lo ayudaría a
caminar de nuevo. No mucho tiempo
después de que él le diera su valor a esta verdad, él fue capaz de caminar, ¡y ya no estaba atado a la cama! La siguiente valoración que hizo sobre su
salud fue la recuperación completa con
Dios como su ayudador.
En realidad, tú tienes más autoridad que los
sacerdotes levitas del Antiguo Testamento. Ellos
pertenecían al antiguo sacerdocio de los hombres. ¡Pero
tú eres del sacerdocio mayor y “eterno” de Jesús! (Hebreos 7:8, 17) No sólo eso, tú eres un sacerdote real. (Apocalipsis 1:6) En otras palabras, ¡tú también eres un rey! Y como
rey, el valor que tú das también es importante, porque en donde hay palabra de
un rey, hay poder! (Eclesiastés 8:4)
Mi amigo, esto significa
que tú tienes una doble porción del
poder de la valoración. Por lo tanto,
valora audazmente las cosas buenas en tu vida, ¡y así será para ti!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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