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miércoles, 26 de diciembre de 2018

¡No Lo Sudes, Descansa!


Entonces Noemí dijo: Espera, hija mía, hasta que sepas cómo se resolverá el asunto; porque el hombre no descansará hasta que lo haya arreglado hoy.
Rut 3:18
Dios no quiere que tú “sudes.”  Y el término sudar aquí no se refiere a la transpiración de tu cuerpo, sino a tu autonomía o esfuerzo propio.  Dios no quiere que tú creas que si tú no haces nada, no va a suceder nada.  Esto puede ser cierto para alguien que no tiene a Dios en su vida, pero no es cierto para ti, porque tú tienes a Dios.  Y cuando él está en la imagen, ¡el factor Dios lo cambia todo!
Cuando tú estás descansando en Dios, Él trabaja por ti.  De hecho, cuando Él trabaja, tú terminas con más.  Él es el único que te está proveyendo.  No se trata de ti intentando proveer para ti mismo.
Esto fue lo que pasó con Rut en el Antiguo Testamento.  Después de trabajar en los campos de cebada desde la mañana hasta la noche, ella fue capaz de recoger un efa de cebada (Rut 2:17), lo que equivale a la ración de 10 días de cebada.  Ciertamente, esta cantidad fue una bendición para ella.
Pero cuando ella descansó a los pies de Booz, su pariente redentor, y no trabajó, ¡recibió seis efas de cebada (Rut 3:15), que era el equivalente a la ración de 60 días!  Cuando Rut buscó su propia bendición, obtuvo sólo un efa.  Pero cuando buscó a la persona que da la bendición, recibió mucho más.
Las bendiciones de Rut no terminaron allí.  Mientras Rut descansó y se quedó quieta como su suegra Noemí le había instruido, Booz, que era el dueño del campo de cebada, se fue a trabajar, iniciando acciones, ejecutándolas y hablando a favor de Rut.  Justo en medio de todo, Rut se quedó quieta y descansó.  Con el tiempo, Booz, el hombre del campo de cebada, desposó a Rut. (Rut 4)  Eso significaba no más riqueza medida de seis efas, sino, ¡la riqueza de la producción completa del campo de cebada!
Booz es una imagen de Jesús, nuestro divino pariente redentor.  Cuando nosotros descansamos en el Señor, Él no va a descansar.  Él va a trabajar a favor nuestro.  ¿Entonces qué hacemos nosotros mientras?  Solamente confiamos en Él y disfrutamos de Su amor por nosotros.
Amado, dejar de luchar y quédate en reposo.  Si la salvación, la obra más grande, llega a nosotros por medio de descansar en la obra terminada de Jesús, ¿cuánto más lo harán todas las otras bendiciones?
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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