Después desollará el holocausto y lo cortará en
pedazos.
Levítico 1:6
¿Sabes quién fue el
primero que vistió al hombre con abrigos de piel? Fue el mismo Dios Todopoderoso, cuando
encontró a Adán y a Eva escondiéndose detrás de los arbustos, porque tenían
miedo de Él. Ellos se habían vuelto
temerosos y conscientes de que habían pecado contra Dios. En su consciencia de pecado, ellos se dieron
cuenta de que estaban desnudos y que la gloria de Dios, que había sido su
cobertura, se había ido.
Así que, Dios mató a un
animal para vestir a Adán y a Eva con abrigos de piel. (Génesis 3:21) Un animal tuvo que morir y su piel
ensangrentada se convirtió en su cobertura.
Esto habla de la sangre de Jesús
que te cubrió cuando Él se convirtió en tu holocausto. El Cordero de Dios no solo quitó tus
pecados. Él también te dio Su justicia.
Amado, tú estás cubierto por la sangre de
Jesús. Eres justo por Su sangre. Dios te ha vestido con el manto de justicia,
que fue pagado por la sangre de Jesús. Yo no estoy hablando de un manto físico hecho
de tela. Estoy hablando del manto de
justicia que estaba en Jesús cuando Él dijo a la tormenta: “¡Calla, enmudece!” y sobrevino una gran calma (Mateo 8:23-27),
cuando sanidad fluyó de Él para los enfermos y cuando Él resucitó a Lázaro de
entre los muertos. (Juan 11:38-44)
Cuando tú creas que eres justo a causa de la sangre
de Jesús, vas ver los efectos de llevar Su manto de justicia. Vas a ver los milagros suceder ante tus
propios ojos. Vas a convertirte en un
imán de bendiciones, un imán del favor o la gracia. No es tu propia justicia, sino la justicia de
Jesús, que tú te has puesto, la que está atrayendo todas estas bendiciones de
Dios a tu vida.
Mi amigo, vive consciente de estar vestido con el
manto de la justicia de Jesús. Cada día, ven a Dios y dile: “Padre, te doy
gracias porque Jesús es mi holocausto.
Él me cubre de pies a cabeza con Su justicia. Lo que Él es para Ti, Yo también lo soy. Como Él es ahora, yo también lo soy. Yo estoy en Él.” ¡Tú vas a ver las manifestaciones de las bendiciones
de salud, plenitud, protección y provisión que tu manto atrae!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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