Inspiración De Gracia
Y
cuando estabais muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión de vuestra
carne, os dio vida juntamente con Él, habiéndonos perdonado todos los delitos,
habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra
nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la
cruz. Colosenses 2:13-14
Cuando consideramos el relato de la
mujer sorprendida en adulterio en Juan 8, curiosamente, la Biblia guarda
silencio acerca de lo que Jesús escribió en el suelo con Su dedo en respuesta a
los fariseos. (Juan 8:6) Pero yo creo
que cuando Jesús se inclinó, Él estaba escribiendo la Ley de Moisés.
He estado en Jerusalén muchas veces. Hace muchos años, durante una de mis visitas al
recinto del templo en donde Jesús se habría encontrado con esta mujer, el Señor
abrió mis ojos para ver que el suelo del recinto del templo estaba hecho de
adoquines duros. Esto significa que
Jesús no estaba escribiendo en tierra. Él escribía con Su dedo sobre piedra.
Luego, como un destello, yo vi que Jesús estaba
escribiendo la ley sobre piedra. Él, en efecto, les estaba diciendo a los
fariseos: “¿Ustedes se atreven a enseñarme a Mí acerca de la Ley de Moisés? Yo Soy quien escribió la ley”. Jesús escribió dos veces en el suelo con Su
dedo, completando así la tipología, ya que sabemos que Dios escribió los Diez
Mandamientos con Su dedo dos veces.
El primer conjunto de los Diez Mandamientos fue destruido
por Moisés cuando él vio a los israelitas adorando al becerro de oro al pie del
monte Sinaí. Así que Dios escribió otro
conjunto sobre piedras y se lo dio a Moisés para que lo colocara debajo del
propiciatorio en el arca del pacto.
Yo nunca había escuchado a nadie predicar esto antes —esta
fue una revelación fresca directamente del cielo. ¡Me encanta cuando el Señor abre mis ojos para
ver Su gracia!
¿Sabes por qué es tan emocionante saber lo que Jesús
escribió en el suelo ese día? Es muy
significativo porque esto nos muestra que el mismo autor de la perfecta ley de
Dios no usa la ley para juzgarnos y condenarnos hoy. Y no es porque Dios simplemente decidió ser
misericordioso con nosotros. ¡No!
Es porque Jesús Mismo cumplió con todos los requisitos de la
justicia de la ley en nombre nuestro, y tomó sobre Sí Mismo cada maldición y cada
golpe de castigo por nuestros pecados en Su propio cuerpo, en la cruz. Nosotros somos perdonados porque Él fue
juzgado. ¡Nosotros somos aceptados porque
Él fue condenado!
Cualquiera que sea tu problema hoy, tu respuesta se
encuentra en recibir una revelación fresca de lo mucho que has sido perdonado
en Cristo.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
No hay comentarios:
Publicar un comentario