Inspiración De Gracia
Aunque
pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estás
conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento. Tú preparas mesa delante de
mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está
rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de
mi vida, y en la casa del Señor
moraré por largos días. Salmos 23:4-6
Incluso si estás caminando por un
valle oscuro y la sombra de la muerte amenaza sobre ti, mantente hablando sobre
ti mismo las promesas de los Salmos 23:4-6. Recuerda que tú no tienes que temer, porque el
Señor está contigo.
Observa que el Señor prepara una mesa delante de ti en presencia (no en ausencia) de tus
enemigos. El apóstol Pablo se refirió a
la Santa Cena como “la mesa del Señor”.
(1 Corintios 10:21)
Esto significa que incluso cuando hay síntomas en tu
cuerpo, e incluso cuando el dolor está allí, el Señor quiere que vengas a Su
mesa y comas. Al participar de la Santa
Cena, tú comes y recibes todo lo que nuestro Señor Jesús hizo por ti en la
cruz. Su cuerpo fue partido para que el
tuyo pueda estar completo.
Es parte de la naturaleza humana festejar y celebrar solo después de ver que nuestros problemas
han sido resueltos y nuestros enemigos erradicados. Pero eso no es lo que Dios quiere que tú
hagas. Él te ama tanto, y ahora mismo Él
te dice: “Descansa. Siéntate. Come. Porque
Yo pelearé tu batalla. ¡Yo derrotaré a
tus enemigos!”
Mientras comes en Su mesa, mírate a ti mismo haciéndote sobrenaturalmente
más fuerte. Mira cómo el tumor se encoge.
Mira Su salud fluyendo hacia tu cuerpo.
No tengas miedo de tus enemigos. ¡Puede que ellos estén a tu alrededor, pero tú
puedes comer de la Mesa del Señor con gozo, sabiendo que ciertamente, el bien y la misericordia y Su amor inagotable te seguirán todos los días de tu vida! Si tú buscas la palabra hebrea para seguirán en el Salmo 23:6, encontrarás
que es radaph, que significa “perseguir,
cazar o ir en busca de”.
Mira la bondad y el amor de tu Papá Dios persiguiéndote
dondequiera que vayas. Incluso si tienes
que someterte a una cirugía, quimioterapia o un trasplante de órganos, Él está
ahí a tu lado. En el quirófano, Él está
ahí. En la unidad de cuidados
intensivos, Él está ahí.
¡No temas —Él está contigo y tus enemigos no tienen poder sobre ti!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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