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domingo, 13 de febrero de 2022

Usa Tus Palabras Para Bendecir

Inspiración De Gracia

En conclusión, sed todos de un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y de espíritu humilde; no devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición. Pues: “El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño.”  1 Pedro 3:8-10

Amado, quiero que veas que tus palabras son poderosas.  Lo que tú hables sobre ti mismo puede cambiar tu vida.

Permíteme traer tu atención a la escritura de hoy.  La Palabra de Dios es hermosamente clara.  Si tú deseas amar la vida y ver días buenos, todo lo que necesitas hacer es refrenar tu lengua de hablar mal.

Suena sencillo.  De hecho, puedes incluso debatir que es demasiado simple.  ¿Cuántos de nosotros realmente creemos que nuestra lengua ejerce tanta influencia y poder sobre nuestro futuro, incluso sobre nuestra vida diaria?

La lengua parece diminuta e insignificante en comparación con el resto de nuestro cuerpo.  ¿Cómo puede un órgano tan pequeño, que no tiene ningún soporte esquelético, tener un efecto tan directo y pronunciado en nuestro futuro?

Sin embargo, la Biblia nos recuerda que no debemos despreciar la lengua simplemente porque es pequeña: “Mirad también las naves; aunque son tan grandes e impulsadas por fuertes vientos, son, sin embargo, dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la voluntad del piloto quiere.  Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas.” (Santiago 3:4-5)

En el libro de Proverbios, Salomón también declara: “Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto.” (Prov. 18:21)  ¡Es evidente que Dios no quiere que tú subestimes el poder de tus palabras!

Nota que la cita del Apóstol Pedro fue hecha en el contexto de nuestras relaciones con las personas.  A medida que eres transformado por el evangelio de la gracia, Dios también quiere transformar tus relaciones con las personas.  Estas personas serían tu cónyuge, tus hijos, tus padres, tus parientes, tus amigos, tus colegas, tus empleadores, tus socios comerciales, ¡y cualquier otra persona con la que entres en contacto!

Yo creo que las personas que han sido tocadas por la gracia de Dios son portadoras de Su Espíritu de humildad y gracia.  Nosotros no somos personas que pagan mal por mal, insulto por insulto.  Somos personas llamadas a ser una bendición dondequiera que vayamos.  Esa es la revolución de la gracia en acción.  Nuestro Señor Jesús primero transforma tu relación con Dios de adentro hacia afuera, y esa gracia que tú has experimentado se desborda en todas tus relaciones terrenales como un poderoso maremoto.

Déjame mostrarte algo muy interesante.  La palabra griega original para “bendición” en 1 Pedro 3:9 es eulogeo, que significa “hablar bien de” y es de donde obtenemos la palabra “elogio.”  ¡Esa es la clave para pronunciar una bendición!  ¡Cada vez que tú hablas bien de algo, estás bendiciendo esa cosa y estás siendo una bendición!

Así que, habla bien de tu matrimonio, tus hijos, tu familia y tus amigos.  Así es como vas a bendecirlos y serás una bendición dondequiera que vayas.  Bendice tu cuerpo también, hablando bien de él —¡no andes diciendo que está envejeciendo!

Habla bien también de tu relación con el Señor.  Llámate a ti mismo el amado del Señor.  Declara Su protección, Su favor y Su justicia sobre ti y tus seres queridos, y comienza a experimentar Sus bendiciones como nunca antes.  Cada vez que tú proclamas Sus bendiciones sobre tu vida, estás tomando posesión de tu lugar bendito en Cristo.

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince


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