Medite En
Pero
los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se
cansarán, caminarán y no se fatigarán.
Isaías 40:31
Un
granjero trató de criar a un aguilucho entre algunos pollos. Al aguilucho se le enseñó a correr como un
pollo y rascar la tierra como un pollo. En
vez de volar, siempre se le enseñó a ver hacia abajo, y a huir de las
serpientes como una pollo asustado. Pero cada vez que hacía esas cosas, sabía en
su corazón que algo andaba mal. Un día, sucedió que vio hacia arriba y vio a
un águila volando alto en el cielo, majestuosamente, con una serpiente entre
sus garras! El águila dio un fuerte grito que resonó
profundamente dentro del corazón del aguilucho.
Cada vez
que el aguilucho veía al águila, sabía en su corazón que estaba viendo su
verdadera naturaleza. Intentó decirle a los pollos sobre esto, pero los
pollos dijeron: “¡Deja de soñar! Eres un pollo. Nosotros
los pollos estamos atados a la tierra. Nosotros no volamos. Y
vivimos aterrorizados por las serpientes!” Pero cuanto más el aguilucho veía al águila,
más veía su verdadero destino. La visión y el llamado del águila finalmente
capturaron su corazón, hasta que finalmente, fue capaz de hacer callar las
voces de la incredulidad, deshacerse de su mentalidad de estar atado a la
tierra y elevarse hasta los cielos para vivir la gran vida de un águila!
Mi amigo,
Dios nos llama águilas, y Él nos llama a vivir la gran vida con Él. Cuando
usted nació de nuevo como hijo de Dios, todo lo necesario para tener éxito, para
ser la cabeza y no la cola, para estar encima solamente y no debajo, y para
vivir la vida victoriosa, fue dada a luz en usted. Siga viendo y meditando sobre su verdadera
identidad en Cristo –un amado hijo de Dios, justificado, destinado a elevarse y
reinar en la vida. Cuanto más usted toma esto en su corazón, más capaz
será de hacer callar las voces que intentan mantenerlo abajo y derrotado, y de
vivir la gran vida!
Bendiciones,
Joseph Prince
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