Medite En
Engrandeced
al Señor conmigo, y exaltemos a una su nombre.
Salmo 34:3
Cuando damos
gracias al Señor –cuando le alabamos y le adoramos– estamos engrandeciéndole
(Salmo 34:3). ¿Por qué es importante
esto?
Lo es porque
a menudo, cuando somos acosados por problemas, tendemos a estacionarnos en
ellos, tanto que ellos crecen hasta convertirse en enormes monstruos peludos,
en nuestras mentes! Les damos tanto peso
que nos olvidamos que el Señor es mucho más grande que todos los problemas
en el universo juntos.
Es por eso
que necesitamos engrandecer al Señor (hacerle a Él grande en nuestra conciencia),
en su lugar. Mientras le damos peso a Su
presencia y Su amor por nosotros, nuestras montañas se vuelven pequeñas. Mientras le damos peso a Su poder para
disolver problemas y obstáculos en nuestras vidas, lo que esos problemas y
obstáculos pueden hacernos, se torna insignificante a la luz de lo que el Señor
puede y hará por nosotros!
Así que,
amado, si usted tiene una enfermedad, engrandezca al Señor su sanador. Si está sufriendo escasez financiera,
engrandezca al Señor su proveedor. Cualquiera
que sea el temor que tiene de sus montañas, será disuelto en Su presencia y
usted encontrará Su sabiduría divina, Su fortaleza y Su gracia para triunfar sobre
ellas sobrenaturalmente!
Bendiciones,
Joseph Prince
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