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sábado, 26 de octubre de 2019

Estamos En Este Mundo, Pero No Somos De Este Mundo


Medita En
Porque Él te libra del lazo del cazador y de la pestilencia mortal. (Salmos 91:3)
Él te librará de la trampa del cazador. No "tal vez" o "a veces", sino de manera incondicional "Él te librará". No es un condicional "Él podría", sino un definitivo "Él lo hará". ¡Qué bendita seguridad tenemos de que nuestro Dios nos librará del lazo del cazador!
La Biblia representa al diablo como un cazador. Un cazador profesional de aves. Él pone trampas y las oculta cuidadosamente para poder emboscar a las desprevenidas aves. La Biblia también describe al diablo como un ladrón y asesino que viene a robar, matar y destruir (ver Juan 10:10).
Lo que necesitamos entender es que el mundo en que vivimos es un mundo caído. Adán cometió alta traición y le dio las llaves de este mundo al diablo. Por lo que hizo Adán, el diablo es el gobernante de este mundo. El apóstol Pablo lo llama "el príncipe de la potestad del aire" (Ef. 2:2). Es por eso que mientras el diablo siga siendo el gobernante de este mundo, el mundo continuará haciéndose cada vez más oscuro y seguirá habiendo accidentes, enfermedades, calamidades, tragedias y muertes.
Pero podemos alegrarnos en el conocimiento de que el fin del gobierno del diablo en este mundo se está acercando rápidamente. El apóstol Pablo también nos dice que nuestro Señor Jesús regresará y todos sus enemigos serán humillados o puestos bajo Sus pies, con la muerte como el último enemigo a ser destruido (ver 1 Cor. 15:26).
Mientras tanto, veremos el mundo cada vez más oscuro. Pero como creyentes, no necesitamos vivir con miedo. Nuestra confianza está en nuestro Señor Jesús. Estamos en este mundo, pero no somos de este mundo (véase Juan 17:16). Hay un cazador muy real y activo que está colocando trampas. Mientras escribo, leo y escucho informes de bombas que explotan, tiroteos, un avión comercial que se estrella al aterrizar y brotes virales en diferentes partes del mundo.
En lo natural, esto puede ser extremadamente desalentador. Pero no olvides que tenemos un Salvador que es aún más real, y Él ha prometido librarnos de la trampa del cazador y de las pestes peligrosas (enfermedades y virus peligrosos). La conclusión es que tenemos que darnos cuenta de cuánto necesitamos a nuestro Salvador y Su protección diariamente. Necesitamos involucrar al Señor Jesús en nuestras vidas todos los días. ¡Solo Él puede librarnos y mantenernos a salvo!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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