Medita En
Y
respondió uno de los mancebos y dijo: He aquí, he visto a un hijo de Isaí, el
de Belén, que sabe tocar, es poderoso y valiente, un hombre de guerra, prudente
en su hablar, hombre bien parecido y el Señor está con él. (1 Samuel 16:18)
David es un maravilloso
ejemplo de alguien que hablaba con el Señor y practicaba Su presencia todo el
tiempo. Incluso cuando era un adolescente que cuidaba las ovejas de su padre en
el campo, cantaba salmos e himnos al Señor y tocaba el arpa.
En 1 Samuel 16, la
Biblia registra que el rey Saúl estaba muy inquieto, y sus sirvientes le
dijeron que estaba siendo atormentado por un espíritu malo. Luego le
aconsejaron que trajera a David ante él para tocar el arpa para él, diciendo
que los espíritus malignos se marchaban cuando David tocaba el arpa. Uno de los
sirvientes dio una descripción brillante de David como alguien que "sabe tocar, es poderoso y valiente, un hombre de guerra, prudente en su hablar, hombre bien parecido y el Señor está con él". ¿Sabes por qué David pudo hacer
que Saúl se refrescara con solo tocar su arpa? ¿Sabes por qué David pudo
originar tantos elogios? Creo que la clave está en la última parte del versículo: "el Señor está con él".
Unos años después de
que Wendy y yo nos casáramos, ocurrió un incidente que nunca olvidaré. Estaba
camino a casa un día y entré a un ascensor estrecho. Un grupo de mujeres entro
en el mismo ascensor cuando se detuvo en otro piso y, ¡vaya, sus perfumes eran
abrumadores!
De todos modos, un poco mareado por la casi asfixia, llegué a casa y besé a Wendy con mi habitual "Hola cariño, estoy de regreso". Me miró y dijo: "Esa es una
fragancia femenina. Conozco esa fragancia". Le dije: "Escucha,
cariño, escucha... honestamente, justo ahora... " ¡Y por eso es tan importante
confiar en tu matrimonio!
Estoy seguro que
has experimentado algo similar antes. ¿Alguna vez has estado en una habitación
llena de humo de cigarrillo? Es posible que no fumes, pero tu cabello y ropa
olerán a humo incluso después de haber salido de la habitación. De la misma
manera, no puedes estar en la presencia del Señor sin que Su gloria, Su majestad,
Su belleza, Su poder, Su amor y Su paz te contagien. ¡Tú empiezas a
"oler" a Jesús, a ser poderoso como Él y estar lleno de paz como Él!
No es de extrañar que Hechos 4:13 registre esto acerca de Pedro y Juan: “Al ver la confianza de Pedro y de Juan [los gobernantes y los ancianos de Israel], y dándose cuenta de que eran hombres sin letras y sin preparación, se maravillaban y reconocían que ellos habían estado con Jesús". Y se dieron cuenta de que habían estado con Jesús.” Amado, elige priorizar la presencia del
Señor donde sea que estés. Experimentarás la evidencia innegable de Su
presencia en tu vida.
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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