Ciertamente llevó Él nuestras
aflicciones (enfermedades, debilidades y angustias) y sufrió nuestras tristezas
y dolores [del castigo], sin embargo nosotros [por ignorancia] lo consideramos
como afligido, herido, y humillado por Dios [como si tuviera lepra]. Mas Él
herido fue por nuestras transgresiones, Él fue molido por nuestras culpas y
pecados; el castigo [necesario para obtener] la paz y el bienestar para
nosotros fue sobre Él, y por los azotes [que lo hirieron] nosotros tenemos
sanidad y plenitud.
Isaías
53:4-5 (Trad. Ver. AMP)
Isaías 53:4-5 es prueba para siempre del amor del Señor por ti y Su deseo por que
vivas tu plenitud.
¿Qué tan importantes son tu salud y sanidad para
Él? Son tan importantes que Él Mismo pagó el alto y terrible precio por tu
plenitud.
Cuando la película La Pasión de Cristo de Mel Gibson fue lanzada, las personas se
quejaron porque las escenas de la flagelación eran demasiado gráficas y
violentas. La verdad es que estas
solamente reflejaron una fracción de lo que nuestro Señor realmente sufrió en nuestro lugar.
Jesús fue flagelado violentamente, más allá del
reconocimiento humano por los equipos de tortura romana. Su carne fue triturada hasta el punto de que
Sus huesos quedaron expuestos, un blanco crudo en medio de la sangre y los
músculos desgarrados.
Él soportó los azotes para que nosotros no
tuviéramos que hacerlo. Su cuerpo fue
quebrado para que el de nosotros pudiera tener plenitud, y para que por Sus heridas, nosotros hayamos sido sanados. ¡Mantente
meditando en esta poderosa verdad y mira Su sanidad y Su salud divina
manifestarse en tu cuerpo!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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