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martes, 6 de agosto de 2019

Cree En Él Y Alábale


Medita En
“¡Escúchenme, habitantes de Judá y de Jerusalén! Crean en el Señor su Dios y podrán permanecer firmes. Créanles a Sus profetas y tendrán éxito”. Después de consultar con el pueblo, el rey nombró cantores que caminaran delante del ejército cantando al Señor y alabándolo por Su santo esplendor. Esto es lo que cantaban: “¡Den gracias al Señor; Su fiel amor perdura para siempre!”  (2 Crónicas 20:20–21 NTV)
Hoy quiero que veas dos poderosas claves para ganar las batallas de la vida, de la experiencia del Rey Josafat.  La primera es creer en el Señor y permaneceremos firmes.  La Palabra de Dios nos dice también que creamos las palabras de Sus profetas (los pastores y predicadores que Dios ha puesto en tu vida), ¡y tendremos éxito!  Ese es el poder de creer lo correcto.  No seas miope, ni te dejes atrapar por tus dificultades actuales, correteando como un pollo sin cabeza, tratando de resolver tus problemas con tus propias fuerzas.  Dios no quiere que vivas en un estado permanente de incertidumbre, ansiedad, estrés y temor.  Cuando tú creas lo correcto, vas a experimentar la verdadera esperanza de la Biblia y vas a comenzar a vivir con una cierta expectativa de bien, gozoso y confiado, independientemente de tus circunstancias actuales.
La segunda clave es ir a la batalla cantando alabanzas a Dios.  Esto fue lo que hizo Josafat.  Puede que haya sido una estrategia militar inusual, pero cuando los israelitas comenzaron a cantar y alabar, Dios causó confusión entre los campamentos de los enemigos y ellos se destruyeron entre sí.  Judá no sacó una sola espada ese día, pero la batalla fue ganada.  De hecho, fue ganada antes de que las tropas de Judá llegaran al lugar.
Dios registró deliberadamente para nosotros las palabras con las que el pueblo de Judá lo alabó: “Den gracias al Señor, Su fiel amor perdura para siempre”.  El Salmo 118 comienza y termina con este mismo estribillo —un estribillo tan cercano al corazón de Dios que se destaca de manera muy prominente en muchos momentos clave en la historia de Israel. (Ver 1Crón. 16:7, 34; 2Crón. 7:3)  Amigo, hay algo muy especial en estas dos simples líneas de alabanza.  La palabra para “misericordia” usada aquí es la muy potente palabra hebrea hesed, que habla de la gracia, el amor, las tiernas misericordias y la amorosa bondad de Dios.  No importa cuántas veces tú hayas fallado y te hayas quedado corto, e incluso si los problemas que te rodean son consecuencia de tus propias acciones, ¿te volverías tú al Señor hoy y lo alabarías por Su bondad y Su hesed (Su gracia)?
Cuando te sientas deprimido, abrumado o temeroso, alaba al Señor con estas palabras y mientras lo alabas, Él “establecerá emboscadas” contra todos tus enemigos, problemas, temores, dificultades y adicciones, como lo hizo por Josafat y el pueblo de Judá. (Ver 2Crón. 20:22)  Para el momento en que tú llegues a tu campo de batalla, yo creo que todos tus enemigos habrán caído.  Ni uno solo de tus adversarios escapará porque el Señor Mismo pelea tus batallas.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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