Medita En
Lo principal es la sabiduría, adquiere sabiduría, y con todo lo que
obtengas adquiere inteligencia. (Proverbios 4:7)
Hay una diferencia
entre la sabiduría y el conocimiento. El
conocimiento infla. (1Cor. 8:1) Este
puede hacerlo a uno orgulloso y arrogante. Pero la
sabiduría te hará humilde y enseñable. Tú puedes leer extensivamente y acumular mucho
conocimiento, pero aun así carecer de sabiduría. Tampoco te vuelves sabio solo por envejecer y tener más experiencia en la vida.
La
sabiduría no es natural. No importa
si eres joven o viejo, experimentado o inexperto, altamente educado o no. La
sabiduría viene por el favor inmerecido de Dios.
Escucha lo que dice la
Palabra de Dios acerca de la importancia de la sabiduría: “Lo principal es la sabiduría; adquiere sabiduría, y con todo lo que
obtengas adquiere inteligencia. Estímala, y ella te ensalzará; ella te honrará
si tú la abrazas; guirnalda de gracia [favor inmerecido] pondrá en tu cabeza,
corona de hermosura te entregará”. (Proverbios 4:7–9) Verás, la
promoción y el honor vienen como resultado de recibir sabiduría. 1 Corintios 1:30 dice que Cristo se hizo para nosotros sabiduría primero, luego justificación, santificación y redención.
¡La
sabiduría es lo primero!
Recuerdo que la principal
cosa por la que oraba todos los días en los primeros días de nuestra iglesia,
era que la sabiduría de Dios nos guiara en todo lo que hacíamos. Ese era mi enfoque. Yo no quería administrar la iglesia con mi
propio conocimiento. Yo quería depender
de la sabiduría de Jesús. De hecho, fue
durante este tiempo de creer en la sabiduría de Dios, que el Señor abrió mis
ojos al evangelio de la gracia —¡el evangelio de la gracia que no está
adulterado por la ley y las obras del hombre, sino que se basa completamente en la obra terminada de Jesús!
Cuando mis ojos fueron
abiertos al evangelio del favor inmerecido de Jesús, hubo vidas que comenzaron
a cambiar y a ser maravillosamente transformadas, y de solo unos pocos cientos
de personas a mediados de los noventa, nuestra mayor asistencia a nuestros
servicios dominicales hasta la fecha fue de más de 22,000 preciosas personas. Cada vez que se me pide que explique cómo hicimos
crecer la iglesia, mi respuesta es clara y simple —fue y es completamente por el favor inmerecido de Jesús. Sé que es la gracia y solo la gracia lo que
causó que nuestra iglesia experimentara un crecimiento tan explosivo.
Hoy, el mismo
evangelio de gracia que nosotros predicamos todos los domingos en nuestra
iglesia se está transmitiendo a millones de hogares en América, Europa, Medio
Oriente y la región de Asia Pacífico. Nosotros
comenzamos como una pequeña iglesia en Singapur de la que nadie había oído
hablar, pero el favor inmerecido de Dios nos ha bendecido para convertirnos en
un ministerio internacional que está impactando al mundo con las buenas
noticias de Su favor inmerecido. Nosotros
no tomamos crédito por ello porque esta sabiduría proviene de Jesús, y nuestro
alarde está en Él y solo en Él. ¡Amado,
deja que Su sabiduría te dirija al éxito
sobrenatural!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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