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miércoles, 31 de julio de 2019

El Secreto De La Sabiduría De Salomón


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Da, pues, a Tu siervo un corazón con entendimiento para juzgar a Tu pueblo y para discernir entre el bien y el mal. Pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo Tuyo tan grande?  (1 Reyes 3:9)
Echemos un vistazo a la vida de Salomón.  Cuando Salomón se convirtió en rey, era solo un joven de unos 18 años y tenía unos grandes zapatos que llenar como sucesor del trono de David.  Salomón no estaba lleno de sabiduría cuando subió al trono por primera vez, pero lo tomó muy en serio.  Él fue al monte Gabaón, donde estaba el tabernáculo de Moisés, para ofrecer mil holocaustos al Señor.  En el Monte Gabaón, el Señor se le apareció a Salomón en un sueño y le dijo: “Pide lo que quieras que Yo te dé”. (2 Crónicas 1:7)
Ahora, piensa en esto por un momento.  ¿Qué hubieras pedido tú de haber estado en la posición de Salomón?  Salomón no pidió riquezas.  Tampoco pidió ser honrado por todos los hombres.  Él en cambio, le dijo al Señor: “Dame ahora sabiduría y conocimiento, para que pueda salir y entrar delante de este pueblo; porque, ¿quién podrá juzgar a este pueblo Tuyo tan grande? (2 Crónicas 1:10).
Otro relato en el Libro de 1 Reyes nos dice que Salomón le dijo al Señor: “Da, pues a Tu siervo un corazón con entendimiento para juzgar a Tu pueblo y para discernir entre el bien y el mal. Pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo Tuyo tan grande?”  Así que, cuando Salomón pidió sabiduría y conocimiento, él estaba pidiendo un corazón entendido.
Vayamos más profundo.  La palabra “entendimiento” aquí es la palabra hebrea shama, que significa “escuchar inteligentemente”.  En otras palabras, Salomón había pedido un corazón que escucha —que oiga y fluya con la dirección del Espíritu de Dios, que nos guía a toda verdad. (Juan 16:13)  ¡Tú necesitas un corazón que escucha para que la sabiduría de Dios fluya a través de ti en cada aspecto de tu vida!
La Biblia registra que la petición de Salomón agradó al Señor. (1 Reyes 3:10)  Yo creo que la misma petición que antes complació al Señor todavía le agrada hoy.  Cuando le pedimos a Jesús sabiduría, nos ponemos a nosotros mismos en una postura de confianza y dependencia de Su favor inmerecido.
Aunque Salomón solo pidió sabiduría, el Señor le añadió “riquezas y bienes y gloria”.  Muchas personas están persiguiendo las riquezas, los bienes y la gloria, sin darse cuenta de que estas provienen de la sabiduría de Jesús.  Incluso si alguien llegara a tener riquezas repentinamente, sin la sabiduría de Jesús para administrarlas, el dinero sería desperdiciado.  Pero con la sabiduría de Jesús, tú no solo serás bendecido, también podrás aferrarte a las bendiciones en tu vida.  ¡Jesús te hace seguro para tener el buen éxito que produce frutos duraderos y permanentes de generación en generación!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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