Medita En
Respondiendo el Señor, le dijo: “Marta, Marta, tú estás preocupada
y molesta por tantas cosas; pero una sola cosa es necesaria, y María ha
escogido la parte buena, la cual no le será quitada.” (Lucas 10:41–42)
¿Es práctico estar
ocupado con Jesús? ¿Te ayuda? ¿Pone comida sobre tu mesa? ¿Hace prosperar tus finanzas? ¿Hace que tu cuerpo físico esté saludable? Echemos un vistazo a lo que esto hizo por María.
Puedes encontrar la historia de María y su
hermana, Marta, en Lucas 10:38–42.
María estaba sentada a
los pies de Jesús cuando el Señor llegó a visitarles. Marta, la hermana mayor, estaba ocupada
trabajando en la cocina, asegurándose de que hubiera suficiente comida y bebida
para los invitados. ¿A quién estaba Marta
ocupada sirviendo? A Jesús. Y mientras Marta entraba y salía frenéticamente
de la cocina, María estaba sentada a los
pies de Jesús, contemplando Su belleza, contemplando Su gloria y aferrándose a
cada palabra que procedía de Sus labios. Mientras María descansaba y tomaba del agua viva de Jesús, Marta estaba inquieta,
desesperada y estresada por estar sirviendo a Jesús. Una hermana estaba enfocada en servir,
mientras que la otra estaba enfocada en recibir.
Mira lo que pasó
después de un rato. El estrés de Marta por
estar sirviendo finalmente la hizo estallar de frustración: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje
servir sola? Dile, pues, que me ayude”.
(Lucas 10:40) En un momento de enojo, ella
culpó a dos personas: al Señor Jesús y a su hermana María. Ahora, escucha atentamente la respuesta de
Jesús y podría ser que te descubras a ti mismo en la descripción de Marta que
hace el Señor: “Marta, Marta, tú estás
preocupada y molesta por tantas cosas; pero una sola cosa es necesaria, y María ha escogido la parte buena, la cual
no le será quitada”.
¿Cuál es la “sola
cosa” que es necesaria? ¿Es ocuparte
en servir al Señor? ¿Es preocuparte por
muchas cosas? No, la sola cosa que es
necesaria es que te sientes a los pies
de Jesús y mantengas tus ojos, tus oídos y tu corazón en Él. Una hermana vio a Jesús en lo natural,
necesitando de su servicio. La otra
hermana lo vio como Dios, velado en
la carne con una plenitud de la cual ella podía
tomar. ¿Cuál de las hermanas crees
que elogió a Jesús y lo hizo sentir como el Dios que Él es? María. Marta
obviamente olvidó que este Dios-Hombre multiplicaba los panes y los peces para
alimentar a la multitud. ¡Él no vino
para ser alimentado sino para alimentar!
Ahora, ¿es práctico
simplemente estar ocupado con Jesús? Absolutamente.
Encontramos que más tarde, en el
Evangelio de Juan, María tomó una libra de perfume de nardo puro que costaba
mucho, ungió los pies de Jesús y se los secó con los cabellos, para prepararlo
para Su sepultura. (Juan 12:3–8) En la
mañana de la resurrección, algunas mujeres llegaron con ungüentos para ungir el
cuerpo de Jesús, pero ya era demasiado tarde. Ellas estaban haciendo lo correcto, pero en el
momento equivocado. El Señor ya había resucitado.
Pero María hizo lo correcto en el momento correcto. Esto nos muestra que cuando hacemos la sola
cosa que es necesaria, terminaremos haciendo lo correcto en el momento
correcto, ¡y Dios hará que todo lo que toquemos sea increíblemente bendecido!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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