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domingo, 7 de julio de 2019

Tú Tienes La Presencia Y El Favor De Dios A Pesar De Tus Circunstancias


Medita En
¿A dónde me iré de Tu Espíritu, o a dónde huiré de Tu presencia? Si subo a los cielos, he aquí, allí estás tú; si en el Seol preparo mi lecho, allí estás Tú. Si tomo las alas del alba, y si habito en lo más remoto del mar, aun allí me guiará Tu mano y me asirá Tu diestra.  (Salmos 139:7–10)
Hebreos 13:5 dice que la presencia de Dios en tu vida es una constante garantizada.  Pero yo quiero que sepas que NO puedes medir la presencia de Dios y Su favor inmerecido en tu vida, basado en tus circunstancias.  Para ayudarte a comprender lo que esto significa, echemos un vistazo a la vida de José.
José rechazó el acercamiento de la esposa de Potifar, y como dice el dicho: “El infierno no tiene tanta furia como una mujer desdeñada”.  Así que ella maliciosamente acusó a José de intentar violarla, blandiendo como “evidencia” la ropa que José había dejado en sus manos cuando huyó de ella.  Cuando Potifar escuchó a su esposa contar su versión de la historia, su ira se despertó y detuvo a José, lo despojó del lugar de autoridad que le había dado y lo echó en la cárcel.
Solo ponte en los zapatos de José.  ¿Qué está pasando aquí?  Esto suena demasiado familiar, ¿no?  Con el doloroso recuerdo de sus hermanos arrojándolo al foso todavía fresco en su mente, aquí está él una vez más, arrojado a un calabozo a pesar de ser inocente.  ¡Cualquier persona promedio estaría amargada y enojada con Dios!  La mayoría de la gente preguntaría: “¿Dónde está Dios?  ¿Por qué Dios lo llevó tan lejos, solo para descuidarlo y abandonarlo?  ¿Cómo pudo pasar esto?  ¿Dónde está la justicia contra esta falsa acusación?”
¡Pero José literalmente NO ERA una persona promedio!  Él sabía que el Señor nunca lo dejaría, ni lo abandonaría.  José no consideró sus circunstancias, sino que mantuvo su enfoque en la presencia del Señor.  Independientemente de si era un esclavo común, un supervisor en la casa de Potifar o ahora un prisionero que enfrentaba la posibilidad de una cadena perpetua a causa de un crimen que ni siquiera cometió, José no midió el favor inmerecido de Dios en su vida basado en sus circunstancias.  En vez de llenarse de amargura, él mantuvo su esperanza en el Señor.  En vez de tirar la toalla y renunciar a Dios y a la vida, él mantuvo su confianza, sabiendo que todo su éxito estaba guardado en la presencia del Señor.
Y amigo, ¡mira de qué manera lo libró el Señor!  Quiero que leas esto por ti mismo para que veas lo que el Señor hizo por José:
Mas el Señor estaba con José y le extendió Su misericordia, y le concedió gracia ante los ojos del jefe de la cárcel.  Y el jefe de la cárcel confió en mano de José a todos los presos que estaban en la cárcel, y de todo lo que allí se hacía él era responsable.  El jefe de la cárcel no supervisaba nada que estuviera bajo la responsabilidad de José, porque el Señor estaba con él, y todo lo que él emprendía, el Señor lo hacía prosperar.
—Génesis 39:21–23
¿Qué te dice esto?  Si te niegas a inclinarte ante tus circunstancias y permaneces siendo consciente de la presencia del Señor, donde sea que estés, sea cual sea tu entorno, tú vas a levantarte hasta ser prominente.  Tendrás favor con tus jefes y ellos te promoverán hasta ser la persona a cargo.  ¡Y todo lo que hagas prosperará!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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