Medita En
“Si tan solo supieras el regalo que Dios tiene para ti y con quién
estás hablando, tú me pedirías a Mí, y Yo te daría agua viva…Cualquiera que
beba de esta agua [del pozo] pronto volverá a tener sed, pero todos los que
beban del agua que Yo doy no tendrán sed jamás.
Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de
ellos y les da vida eterna”. (Juan 4:10, 13–14, NTV)
Juan 4 cuenta la
historia de una mujer samaritana rechazada que se encontró con Jesús cuando llegó a sacar agua a un pozo. Cuando ella le preguntó a Jesús por qué Él (un
judío) le pedía a ella (una despreciable samaritana) un trago de agua, esta fue
Su asombrosa respuesta: Que ella le pediría
a Él agua viva, lo único que la
satisfaría por dentro y apagaría su profunda sed de aceptación y amor, para
siempre.
¡Qué maravilloso
Salvador! Aunque esta mujer tenía un
pasado en el que buscaba el amor en todos los lugares equivocados y éste la aprisionaba
en vergüenza y autorechazo, Jesús la
encontró en su punto de mayor necesidad y se ofreció a Sí Mismo, el agua viva.
Él sabía todo lo que ella había hecho y
aun así, le ofreció la verdadera intimidad que satisface plenamente todas las
necesidades dolorosas. La invitó a descubrir,
probar y experimentar Su amor perfecto e
incondicional.
Jesús te dice a ti lo
mismo hoy: Si tan solo supieras
quién es El que viene a ti en tus momentos más oscuros y débiles. Si tan
solo supieras que Este regalo de Dios nunca te dejará ni te abandonará, que
ha ido delante de ti y que viene a ti en medio de tus tormentas. Si tan
solo supieras que El que se acerca a ti, incluso cuando has fallado, no
guarda contra ti ninguno de tus errores pasados, ni fallas del presente.
Amado, si tan solo conocieras Este regalo de
Dios que te ofrece el agua viva de Su infinito
amor incondicional y bebieras de ese amor, tú nunca volverías a tener sed. No necesitarías buscar amor o aceptación en
todos los lugares equivocados, ni tener tu corazón roto y temeroso del futuro, ni
tener una vida descarrilada. Tú podrías levantarte
con una fresca expectativa de bien
todos los días.
Jesús, en esencia, estaba
invitando a la mujer a pedirle a Él del agua viva de Su amor. ¿Harías eso hoy? ¡Tu vida nunca volverá a ser la misma cuando
experimentes personalmente Su amor!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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