Medita En
Porque siete veces podrá caer el justo, pero otras tantas se
levantará. (Proverbios 24:16, NVI)
Cuando el favor inmerecido
de Dios está sobre ti dondequiera que estés, como le sucedió a José, (1) tú no
puedes evitar hallar favor, (2) no puedes
evitar prosperar en todo lo que
haces, y (3) no puedes evitar experimentar aumento
y promoción, ¡más allá de lo que llega tu imaginación!
¿Notaste que este fue
el patrón consistente en la vida de José? No importaba que él fuera esclavo o
prisionero. Lo mismo se aplica a ti. Cuando el favor inmerecido de Dios está sobre
ti, tú eres como una pelota de goma en un charco de agua. Las circunstancias naturales pueden tratar de
empujarte hacia abajo y mantenerte oprimido bajo el agua, ¡pero el favor inmerecido de Dios siempre hará que seas empujado hasta
la cima!
No te desanimes por tus
circunstancias actuales. Sé que las
cosas a veces pueden parecer poco prometedoras, sombrías y quizás incluso
devastadoras, pero aún no se ha terminado amigo. Quiero que sepas que ¡no se ha terminado! No creo
ni por un momento que entre los millones de publicaciones en este momento, tú
sostengas esta en particular, por casualidad o coincidencia. Esta es una cita divina y creo que Dios te
está diciendo esto: “No te rindas. ¡No se ha terminado!”
En muchas ocasiones,
los puntos más bajos de tu vida son, en realidad, plataformas de lanzamiento para el mayor ascenso que Dios tiene
para tu vida. ¡Fue así para José! Rebobinemos la cinta y observemos las huellas de
los dedos del Señor a través de los altibajos de la vida de José. Si José no hubiera sido traicionado por sus
hermanos, él no habría sido vendido como esclavo. Si no hubiera sido vendido como esclavo, no
habría estado en la casa de Potifar. Si
no hubiera estado en la casa de Potifar, no habría sido echado a una prisión
egipcia destinada específicamente para los prisioneros del rey. Si no hubiera estado en esa prisión en
específico, él no habría interpretado los sueños de los oficiales de Faraón. Si no hubiera interpretado sus sueños, él no
habría sido convocado para interpretar el sueño de Faraón dos años después. Si no hubiera interpretado el sueño de Faraón,
¡Faraón no lo hubiera promovido para que se convirtiera en su primer ministro sobre
todo el imperio egipcio!
Esto es lo que el
Faraón le dijo a José: “Puesto que Dios
te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan prudente ni tan sabio como tú. Tú
estarás sobre mi casa, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes; solamente en el
trono yo seré mayor que tú… Mira, te he puesto sobre toda la tierra de Egipto”.
(Génesis 41:39–41) Cuando miramos hacia
atrás, ¡está claro que el Señor había
convertido la hora más oscura de José en su mejor momento!
La presencia de Dios con José y Su favor inmerecido hicieron que José
fuera promovido del pozo al palacio, del lugar de los menospreciados al lugar
de los gobernantes, del anexo externo de una casa a la casa de un principal. Deja de mirar tus circunstancias y deja de
permitir que estas te desanimen. El
mismo Señor que estaba con José está
contigo ahora. ¡Tú no puedes fallar!
¡Solo puedes esperar ver buen éxito sobre
sobre tus circunstancias actuales!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
No hay comentarios:
Publicar un comentario