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sábado, 1 de agosto de 2020

Dios Justifica Al Impío


Inspiración de Gracia
Mas al que no trabaja, pero cree en Aquel que justifica al impío, su fe se le cuenta por justicia.  (Romanos 4:5)
Confianza es lo que Dios quiere que tú tengas cada vez que te acerques a Él.  Él no quiere que tú tengas miedo de acercarte a Él, sintiéndote indigno a causa de tus pecados.  Él quiere que te acerques a Él con confianza, sabiendo que la muerte, sepultura y resurrección de Su Hijo Jesucristo te justificó y te calificó para recibir de Él confiadamente.
Esta era la clase de confianza que la mujer con el flujo de sangre tenía cuando se acercó para tocar a Jesús. (Ver Marcos 5:25–34)  Ahora, al tocar a Jesús, ella sabía que estaba infringiendo una ley levítica que establece que cualquier persona que tuviera flujo de su cuerpo era inmunda y no debía aparecer en público, y mucho menos tocar a otra persona. (Ver Levítico 15)
Pero ella se negó a sentirse condenada por la ley.  Ella creía lo que había escuchado acerca de Jesús, y tenía la confianza de que allí solo habría amor y compasión, no condenación de parte de Él.  Ella creía que Jesús la justificaría y la calificaría para recibir el milagro que necesitaba.  Fue por eso que ella confiadamente se abrió paso entre la multitud para tocar a Jesús, quien de hecho le dijo: “Hija, tu fe te ha sanado.” (Marcos 5:34)
¿Qué había en su fe que la hizo sentir bien?  Romanos 4:5 habla sobre la fe que cree que Dios justifica al impío.  Cuando tú crees que Dios justifica al impío, eso te dará confianza para acercarte a Dios, incluso cuando te sientas impuro porque acabas de echarlo a perder.
Cuando falles, no huyas de Dios.  Corre hacia Él con confianza, sabiendo que tú estás justificado por la sangre de Cristo y no por tu buen comportamiento.
El diablo te puede decir: “¿Cómo puedes hacer eso?  ¿Quién crees que eres?”  No lo escuches.  Ponte de pie y agradece a Dios por la sangre y el regalo de no condenación. (Ver Romanos 8:1)  Si Dios justifica a los impíos, ¡cuánto más a ti, Su amado hijo!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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