Inspiración de Gracia
… Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo Consigo
Mismo, no tomando más en cuenta a los hombres sus transgresiones... (2 Corintios 5:19)
¿En qué dos ciudades antiguas hizo Dios llover
azufre y fuego? Si tu respuesta es
Sodoma y Gomorra, tienes razón. Pero si
crees que Dios estaba ansioso por destruir estas dos ciudades, ¡estás
equivocado!
Dios no deseaba hacer
esto, en absoluto. Él no estaba en
búsqueda de pecado. Él estaba en búsqueda de justicia a fin de poder salvar estas ciudades.
(Ver Génesis 18:23–32) Y yo creo que si
Abraham le hubiera preguntado a Dios: “¿Y si hallas allí un solo hombre justo?”
La respuesta de Dios habría sido la
misma: “No la destruiré por consideración a ese hombre justo.”
Hoy, la justicia de un solo Hombre —Jesús— ha
venido. Jesús murió por nuestros pecados
y resucitó para nuestra justificación. ¡Dios
estaba en Cristo reconciliando al mundo Consigo Mismo, no tomando más en cuenta
nuestros pecados contra nosotros!
Por lo tanto, ningún juicio caerá sobre ti hoy
porque ya cayó sobre Jesús hace 2,000 años en el Calvario. Y si Dios fue lo suficientemente cuidadoso
como para sacar a Lot y a su familia antes de que el juicio cayera (ver Génesis
19:12–22), ¡cuánto más hará Él por ti
que ya no estás bajo juicio!
Y ya que Dios no te juzga, no seas como la
esposa de Lot, que se convirtió en una columna de sal cuando volvió a ver hacia
atrás para mirar el azufre y el fuego. (Ver Génesis 19:24–26) Ella quería ver el juicio de Dios, a pesar de
que los ángeles les habían advertido: “No
mires detrás de ti… no sea que seas destruido.” (Ver Génesis 19:17)
Así que, no te enfoques en el juicio y no vuelvas
a ver hacia atrás a los pecados que has cometido. Dios no está contra ti. Él está por ti y está de tu lado. Él recuerda que Él ya juzgó y castigó tus
pecados en el cuerpo de Su Hijo. Y
debido a que Él es fiel a Su Hijo y a lo que Su hijo ha hecho, Él nunca te
juzgará ni te castigará. Cualquier
problema que tú puedas tener hoy no proviene de Él. Sin embargo, Él te mostrará una vía de escape
porque Él está de tu lado. Él te ama y
Su corazón vela por tus mejores intereses.
Amado, Dios no anda
tras de ti para atraparte. Él está tras de ti para bendecirte. ¡Y Él
quiere que tú seas bendecido, más de lo que tú mismo puedes pedir o imaginar!
(Ver Efesios 3:20)
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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