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viernes, 28 de agosto de 2020

El Sacerdocio De Jesús Nunca Maldice

 Inspiración de Gracia

Y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen, siendo constituido por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.  (Hebreos 5:9-10)

Cuando Jesús murió y resucitó, Él se convirtió en nuestro Sumo Sacerdote.  Pero nota que el sacerdocio de Jesús es “según el orden de Melquisedec.”  ¿Por qué el sacerdocio de Melquisedec?

El sacerdocio de Melquisedec le da al hombre (mientras que el sacerdocio aarónico le quita al hombre).  Vemos esto cuando Melquisedec le da pan y vino a un Abraham cansado después de su batalla con los reyes enemigos, para que recuperara sus fuerzas. (Ver Génesis 14:14-20)  Entonces, si el sacerdocio de Jesús es según el orden de Melquisedec, entonces es un sacerdocio en el que podemos entrar confiadamente a Su presencia para recibir de Él. (Ver Hebreos 4:16).

Además, la primera palabra de la boca de Melquisedec fue “Bendito” —“Bendito sea Abram del Dios Altísimo...” (Génesis 14:19)  El orden de Melquisedec solo se trata de eso —bendiciones.  En otras palabras, ¡el sacerdocio de Jesús es un sacerdocio que bendice y nunca nos maldice!

Entonces, ¿estamos conscientes de Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, que nos está dando todos los días?  ¿Estamos atentos a todas Sus bendiciones que vienen del cielo para nosotros en la tierra?

Ahora, es fácil para nosotros creerle a Dios por Sus bendiciones en la creación.  Por ejemplo, no tenemos ninguna dificultad en creer que el sol saldrá cada mañana.  Pero aunque no tenemos problemas para creer en la obra de la creación, tenemos problemas para creer en la obra de la redención.  A veces nos resulta difícil creer en Dios por sanidad, provisión, favor, protección o restauración —bendiciones que Jesús murió para darnos.  Nosotros realmente no creemos que todos los días, el Señor cuidará de nosotros, mantendrá nuestros cuerpos sanos y proveerá para todas nuestras necesidades.

Aunque, la creación ha caído.  Esta puede ser tanto una bendición como una maldición.  A veces, una tormenta se levanta, y fuertes vientos y lluvias destruyen miles de hogares y vidas.  A veces, nubes oscuras ocultan el sol y hacen que todo el día sea sombrío.

Amigo, no podemos poner nuestra confianza en la creación, pero ciertamente nosotros podemos poner nuestra confianza en la redención.  ¡Y a diferencia de la creación, las bendiciones de la redención son todas buenas!  La obra de Jesús no está sujeta al clima ni a ninguna otra cosa.  La obra de redención es tan segura como el mismo Jesús.  ¡Él murió y resucitó para ser nuestro Sumo Sacerdote que diariamente nos colma de bendiciones!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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