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viernes, 14 de agosto de 2020

Tú Tienes El Mismo Favor Que Tiene Jesús

 Inspiración de Gracia

Por eso es por fe, para que esté de acuerdo con la gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda la posteridad, no solo a los que son de la ley, sino también a los que son de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.  (Romanos 4:16)

La gracia de Dios es Su favor inmerecido, que no se puede ganar y del cual no podemos ser dignos.  Y debido a que éste es inmerecido, que no se puede ganar y del cual no podemos ser dignos, todos nosotros calificamos para recibirlo.  Pero, ¿cómo caminar en él?

Así como una contraseña te da acceso a un programa de computadora, la fe te permite caminar en el favor inmerecido de Dios.  Ahora bien, la fe no tiene nada que ver con lo que tú haces o puedes hacer.  Fe es simplemente creer y declarar lo que Dios ha hecho y está haciendo por ti.

Cuando tú crees que el favor de Dios está sobre ti debido a la obra terminada de Cristo, Sus promesas de provisión, sanidad y restauración se vuelven algo seguro para ti.  Éstas no solo son seguras para los judíos, sino también para ti y para mí porque nosotros somos “de la fe de Abraham.”

Rut era una viuda gentil que puso su fe en la gracia de Dios.  Ella creyó y declaró que el favor de Dios la dirigiría al campo correcto en donde recoger espigas, en el cual hallaría gracia a los ojos del dueño. (Ver Rut 2:2)  Debido a que ella dependía del favor inmerecido de Dios, Dios no solo la colocó en el campo del rico Booz, sino también en la genealogía de Jesús. (Ver Mateo 1:5)

La fe de Rut en el favor de Dios abrió un mundo completamente nuevo para ella.  Pasó de la pobreza a la provisión, de la viudez al matrimonio y de no tener hijos a tener una familia completa.  Ella también se convirtió en un miembro respetado de la comunidad. (Ver Rut 4:13–15)

Si Rut, una gentil que estaba bajo el antiguo pacto, disfrutó del favor de Dios, ¡cuánto más nosotros, los que estamos bajo el nuevo pacto de la gracia, disfrutaremos de las bendiciones que el favor inmerecido de Dios trae!  De hecho, debido a que Dios nos ve hoy en el Amado, nosotros disfrutamos del mismo favor que Jesús tiene. (Ver Efesios 1:3–6)

Amigo, cuando tú creas que tienes el mismo favor que Jesús tiene, un mundo completamente nuevo se abrirá para ti —¡un mundo donde todas las promesas de Dios son “Sí” y “Amén” en Cristo! (Ver 2 Corintios 1:20)

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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