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viernes, 13 de septiembre de 2019

Ora Por Acontecimientos Correctos


Medita En
La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos.  (Santiago 5:16, NTV)
La palabra hebrea qarah es usada a menudo en la Biblia para explicar los acontecimientos ordenados por Dios.  La primera vez que se menciona qarah es en Génesis 24:12, cuando Abraham envía a su siervo a buscar una novia para su hijo, Isaac.  El siervo no sabía qué chica sería la correcta, por lo tanto, oró: “Oh Señor, Dios de mi señor Abraham, te ruego que me des éxito hoy, y que tengas misericordia de mi señor Abraham”.  La frase “te ruego que me des éxito”, es la palabra qarah.  El siervo le pidió a Dios que le diera qarah —un acontecimiento correcto.  Esto se relaciona con pega qarah que son ”acontecimientos orados”.  Si continúas leyendo la historia, verás cómo el siervo de Abraham tuvo éxito en su asignación.
En lo que quiero que te concentres aquí es en la postura del siervo.  Él oró por la ayuda, intervención y guianza de Dios.  Él tenía una postura de humildad.  Todos necesitamos al Señor en nuestras vidas diarias.  Sin importar cuán inteligentes seamos, nosotros no podemos ubicarnos por nuestra propia cuenta, en el lugar correcto en el momento correcto, el cien por ciento del tiempo.  Solo el Señor puede hacer esto por nosotros.  Si nos mantenemos “humildes” y nos apoyamos en el Señor para obtener sabiduría, dirección y entendimiento, Él nos guiará y nos protegerá.  Orar es adoptar una postura de humildad.  Le está diciendo a Dios: “Padre, yo no puedo, pero Tú si puedes”.
Una señora que asiste a nuestra iglesia regularmente compartió con nosotros que en uno de sus viajes al extranjero, ella estaba tan absorta en su tiempo de intimidad con el Señor, que se perdió el desayuno en el hotel en el que se hospedaba.  Pero mientras estaba en su habitación, un horrible ataque terrorista tuvo lugar en el restaurante del hotel.  Ella estaba pasando ese tiempo al abrigo del Altísimo y fue sobrenaturalmente guiada a quedarse en Su presencia esa mañana.  Ella humildemente priorizó su tiempo con el Señor sobre el tiempo programado para su desayuno.  Si hubiera bajado a comer, ella habría estado en el lugar equivocado, en el momento equivocado.
Por eso me gusta llamar al Salmo 91 la Oración de Protección.  Cuando oramos esta oración, estamos diciendo: “Señor Jesús, nosotros no podemos protegernos a nosotros mismos, pero Tú si puedes.  Nos humillamos ante Ti.  Sé nuestro refugio, nuestra fortaleza y nuestro Dios.  Seguramente Tú nos protegerás y nos librarás de sufrir daño en estos tiempos peligrosos.  Guíanos para estar en el lugar correcto, en el momento correcto y con las personas correctas”.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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