Medita En
Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Consumado es!
E inclinando la cabeza, entregó el
espíritu. (Juan 19:30)
Amado, tú reinas en la
vida a través de Jesucristo con solo recibir
dos cosas de parte de Él: la abundancia
de la gracia y el don de la justicia. (Rom. 5:17) La manera de Dios no tiene que ver con alcanzar, más bien tiene que ver con recibir. Pero muchos cristianos continúan viviendo
basados en el sistema de logros del mundo.
El sistema de éxito del
mundo está construido sobre los pilares gemelos del esfuerzo propio y la
diligencia. El mundo te dice que cuanto
más hagas, cuanto más duro trabajes y mientras más horas dediques, más éxito alcanzarás.
La manera del mundo es incomodarte para
que trabajes más duro, para que te olvides de asistir a la iglesia los
domingos, para que pases menos tiempo con tu familia y para que pases más
tiempo en la oficina trabajando durante las noches, los fines de semana e
incluso los días festivos. Estoy seguro
que has escuchado que se necesita “pagar el precio”, después de todo, “sin
dolor, no hay ganancia”, ¿verdad?
Sin embargo, la manera
de Dios no es que seamos bendecidos por nuestros propios esfuerzos. Tú no puedes ganar las bendiciones de Dios por
tu comportamiento. Las bendiciones de Dios están basadas completamente en Su gracia. Sus bendiciones sobre tu vida son inmerecidas,
no ganadas y no eres digno de ellas. En
otras palabras, no hay nada que puedas
hacer para merecer Sus bendiciones, ya que éstas están basadas completamente
en recibir a Jesús y a través de Su obra terminada, la
abundancia de la gracia y el don de la justicia.
Dios quiere que dejemos de tratar de alcanzar
y comencemos a recibir el favor, las bendiciones y la sanidad que Jesús obtuvo
para nosotros en la cruz. Cuando Él colgaba en la
cruz hace unos dos mil años, gritó en voz alta: “¡Consumado es!” Todo lo que tú y yo necesitamos para reinar
en la vida se obtuvo a nuestro favor en el Calvario. Por eso llamamos a lo que Jesús hizo en la
cruz, “Su obra terminada”. Él
la terminó. Él la hizo completa. ¡Ya
fue hecha!
Amigo, lo único que
funciona es la obra terminada. Así que deja de intentar hacer lo que ya está
hecho. Deja de hacer y comienza a recibir lo que Jesús hizo ya. Deja de esforzarte y trabajar dolorosamente
para alcanzar tus objetivos con tus propias fuerzas y sabiduría. En cambio, elige ver que Jesús ya terminó la obra. Todo
lo que tú necesitas en esta vida Él ya lo ha provisto para ti a través de la cruz. Descansa en Su favor inmerecido y Su amor por
ti.
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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