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jueves, 5 de septiembre de 2019

Perfeccionados Para Siempre Por Medio De La Obra Perfecta De Jesús


Medita En
Pero Él, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, Se sentó a la diestra de Dios… Porque por una ofrenda Él ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados.  (Hebreos 10:12, 14)
Como creyente, ¿alguna vez has estado invadido por pensamientos que te dicen que no has sido lo suficientemente bueno o no has hecho lo suficiente para merecer las bendiciones de Dios?  ¿Que tu imperfección te descalifica para recibir algo bueno de Dios?
Si has estado luchando con estos pensamientos, quiero que leas y vuelvas a leer las Escrituras de hoy, y dejes que estas saturen tu corazón, tu mente y tu conciencia.  Permite que el conocer que eres completamente perdonado y perfeccionado para siempre debido a la obra terminada de Jesús en la cruz, penetre en todo tu ser.  Tú no vas a ser perdonado y perfeccionado un día, debido a tu trabajo duro.  No, amigo, la buena noticia es que tú ya eres perdonado y perfeccionado —de una vez y para siempre— por medio del sacrificio de Jesús.
¿Y cuánto tiempo es para siempre?  Yo revisé la palabra griega original de “para siempre”, utilizada en este versículo y “para siempre” significa “para siempre”.  Tú has sido completamente perdonado y perfeccionado para siempre por la sangre limpiadora de Jesús, no por la sangre de los sacrificios de animales que no pueden quitar los pecados.
Pastor Prince, ¿cómo puedo estar completamente seguro de que todos mis pecados ya han sido perdonados?
¡Buena pregunta!  Fíjate en cómo después de que Jesús ofreció Su vida como sacrificio y pago por todos nuestros pecados, Él se “sentó” a la diestra del Padre.  ¡Jesús se sentó para demostrarnos a nosotros que el trabajo está realmente terminado!
Bajo el antiguo pacto, el sacerdote que servía en el tabernáculo de Moisés nunca se sentaba, sino que “estaba de pie, día tras día, ministrando” porque su trabajo no debía parar.  La sangre de toros y cabras “nunca pueden quitar los pecados”.  (Heb. 10:11)  Curiosamente, en el lugar santo del tabernáculo de Moisés, no había un solo mueble preparado para que el sacerdote se sentara.  No vas a encontrar ni siquiera una silla en el lugar santo.  Puedes encontrar el altar del incienso, la menorá e incluso la mesa del pan de la proposición, pero sillas no.  Esto era porque el trabajo del sacerdote nunca terminaba.  Solo la obra de Jesús es una obra terminada.
Amigo, hoy tú puedes descansar tranquilamente en tu corazón y en tu mente.  Puedes relajarte porque Jesús ha terminado el trabajo.  A los ojos de Dios, tú eres perfecto para siempre, impecable y lavado más blanco que la nieve por medio de la preciosa sangre eterna de Su Hijo.  ¡Y es permanente!  Tu parte es simplemente creer y recibir todo lo que Jesús ha hecho por ti.  Es así como reinas en la vida sobre el pecado, las adicciones y todo lo que el enemigo te lance.  ¡Así es como llegas a lo más alto en todos los desafíos de la vida!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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