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martes, 24 de septiembre de 2019

Personaliza El Favor De Dios En Tu Vida


Medita En
Pedro, volviéndose, vio que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el que en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y había dicho: “Señor, ¿quién es el que Te va a entregar?”  (Juan 21:20)
Yo solía pensar que entre los 12 discípulos de Jesús, Juan era el discípulo favorito del Señor y el más cercano a Él, porque la Biblia llama a Juan “el discípulo a quien Jesús amaba”.  Yo tenía la impresión de que Juan tenía un favor muy especial delante de Jesús, y siempre me pregunté qué era lo que lo hacía tan especial que se distinguía de los otros discípulos.  ¿No quisieras tú ser conocido como el discípulo a quien Jesús ama?  ¡Yo sí!
Entonces, un día, cuando estaba leyendo la Palabra de Dios, el secreto del favor de Juan me fue revelado.  ¡El Señor abrió mis ojos y me mostró que la frase “el discípulo a quien Jesús amaba” en realidad solo se encuentra en el libro de Juan.  Compruébalo por ti mismo.  No vas a encontrar esta frase en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas.  Solo la encontramos en el Evangelio de Juan.  ¡Es una frase que Juan solía usar para describirse a sí mismo!
Ahora, ¿qué era lo que Juan estaba haciendo?  Él estaba practicando y personalizando el amor que Jesús tenía por él.  Nosotros, todos somos favoritos de Dios, pero Juan sabía el secreto para acceder al favor inmerecido de Jesús por sí mismo.  ¡Es tu prerrogativa el poder verte a ti mismo como el discípulo a quien Jesús ama y llamarte a ti mismo de esta manera!
Cuando comencé a enseñar que el secreto del favor de Juan radicaba en su personalización del amor de Dios, las personas en mi iglesia literalmente entraron en una nueva dimensión para experimentar el favor inmerecido de Dios en sus vidas.  He visto cómo algunos de ellos realmente tomaron esta revelación y corrieron con ella.  Algunos de ellos personalizaron los fondos de pantalla de sus teléfonos celulares para llamarse a sí mismos “el discípulo a quien Jesús ama”, mientras que otros firmaron sus mensajes de texto y correos electrónicos con esta frase.
Mientras se recordaban a sí mismos que son el discípulo a quien Jesús ama, ellos comenzaron a crecer en la conciencia del amor del Señor por ellos.  ¡Al mismo tiempo, comenzaron a crecer en ser conscientes del favor!  Tengo apilados los montones de Notas de Alabanza que cuentan cómo los miembros de nuestra congregación han sido grandemente bendecidos simplemente por ser conscientes del favor de Jesús en sus vidas.  Algunos de ellos han sido promovidos, otros han recibido incrementos espectaculares en sus cheques de pago y muchos han ganado varios premios en el desempeño de su trabajo y otros concursos, incluyendo vacaciones con todos los gastos pagados.
El mundo llama a esto “suerte”, pero para el creyente, no hay tal cosa como la suerte.  ¡Lo único que existe es el favor inmerecido de Jesús!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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