Inspiración de Gracia
“Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán…” (Deuteronomio 28:2)
Dios ama bendecirte. Él incluso ha declarado que “las bendiciones vendrán sobre ti y te
alcanzarán.” ¡Esto significa que tú no
puedes correr lo suficientemente rápido para escapar de ellas! Cuando cruzas una esquina, hay una bendición
esperándote. Al cruzar la otra esquina,
¡vas directo hacia otra bendición!
Ahora, tú puedes
pensar que no calificas para recibir las bendiciones de Dios debido a que versículo
anterior dice que estas bendiciones se cumplirán solo si tú obedeces
diligentemente la voz del Señor tu Dios y cuidas de cumplir todos Sus mandamientos. Tú sabes que no importa cuánto te esfuerces, tú
simplemente no puedes cumplir todos los mandamientos de Dios. De hecho, la Biblia dice que si tú no fallas
en cumplir uno solo de los mandamientos, fallas en cumplirlos todos. (Ver
Santiago 2:10)
Amigo, yo tengo buenas
noticias para ti: Jesús es quien nos califica para cada una de las bendiciones
porque Él cumplió todos los
mandamientos de Dios. Cuando Él murió
por nosotros en la cruz, Él no solo cumplió todos los mandamientos de Dios, Él también
nos redimió de la maldición de la ley. (Ver Gálatas 3:13) Nota que Él
no nos redimió de las bendiciones de la ley, ¡así que las bendiciones
siguen siendo nuestras hoy!
Mientras lees la lista
de bendiciones en Deuteronomio 28, comenzando con “Bendito serás en la ciudad... en el campo... el fruto de tu vientre...
tu canasta... cuando entres... cuando salgas...” (Deuteronomio 28:3-13), yo
creo que Jesús te está diciendo: “¿Te gustan las bendiciones? ¡Entonces tómalas por fe!”
Tú puedes decir: “Pero
no las merezco.” Sí, tú no las mereces,
pero aun así las obtienes gracias a Jesús. ¡Esa es la gracia de Dios! La ley dice: “Tú debes merecer las bendiciones.”
Pero la ley ya no está aquí. La gracia está aquí. Así que toma las bendiciones por gracia
mediante la fe. Cree en Dios por las
bendiciones.
Hoy en día, ya no se
trata de cuánto o qué tan bien has cumplido los mandamientos de Dios. Es una cuestión de cuánto puedes creer a Dios por Sus bendiciones. Todas las promesas de Dios en Cristo son
"Sí," y debido a que tú estás en Cristo, tú puedes decir “¡Amén!” a
Sus bendiciones. (Ver 2 Corintios 1:20)
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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