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domingo, 4 de octubre de 2020

La Luz Del Mundo Expone Tu Perfección

Inspiración de Gracia

Jesús les habló otra vez, diciendo: ”Yo Soy la luz del mundo; el que Me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”  (Juan 8:12)

Cuando yo era adolescente, escuché a los predicadores decir esto: “Jesús es la luz del mundo.  Así que no pienses ni por un momento que tú puedes hacer cosas a Sus espaldas.  ¡Su luz expondrá todas las cosas malas que has hecho!”  Por eso yo sentía miedo de acercarme a Dios, temiendo que Su luz gloriosa mostrara mis faltas, mis debilidades y mi vergüenza.

Pero, ¿es esto lo que “la luz del mundo” hace?

La verdad se encuentra en el contexto del versículo.  Jesús declaró que Él era la luz del mundo justo después de haberle dicho a la mujer sorprendida en el acto de adulterio: “Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado?”

Cuando ella dijo: “Ninguno, Señor,” Él le dijo: “Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más.”  Luego, la Biblia nos dice que “Jesús les habló otra vez; diciendo: 'Yo Soy la luz del mundo...´”  (Juan 8: 10-12)

Qué maravilloso es saber que cuando Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo,” Su luz no fue para evidenciar el pecado de la mujer porque Él le acababa de decirle que Él no la condenaba.

Esto nos dice que nosotros no debemos sentir miedo cuando entramos en la presencia de Dios.  Él no está allí esperando para castigarnos por nuestras equivocaciones y nuestras faltas.  Su luz no está allí para exponer nuestros pecados y vergüenza, ni para condenarnos.  No, ¡Su luz gloriosa está allí para mostrarnos cuán perfectamente la sangre de Su Hijo ha lavado nuestros pecados!  Es por eso que Jesús pudo decirle a la mujer que Él no la condenaba —porque Él sería condenado por su pecado y también por el nuestro, en la cruz.

Amado, la luz de Jesús revela la verdad de que nuestros pecados han sido completamente removidos.  Esta revela cuán perfectos e impecables somos nosotros, debido a la obra perfecta de Cristo en la cruz.  Cuando comprendemos esto, podemos entrar confiadamente a la presencia de Dios, ¡sabiendo que tenemos la luz de la vida que nos da gracia y esperanza!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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