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miércoles, 21 de octubre de 2020

La Promesa Del Padre

 Inspiración de Gracia

“Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y Me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.  (Hechos 1:8)

Antes de que Jesús regresara al cielo, Él les dijo a Sus discípulos que “esperaran la promesa del Padre.” (Hechos 1:4)  Hay miles de promesas en la Biblia, así que, ¿a qué promesa se refería Él?

La iglesia primitiva sabía a qué promesa se refería Jesús porque Él les había dicho a Sus discípulos: “No se alejen de Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre, de la cual les he hablado: Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.” (Hechos 1:4-5, NVI)  Jesús estaba refiriéndose al bautismo en el Espíritu Santo y hablar en diferentes lenguas. (Ver Hechos 2:1–4)

Jesús quiere que tú conozcas el valor de la Promesa del Padre porque Él dijo: “Recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y Me serán testigos...”  Él no dijo: “Me harán un testimonio”, sino “Me serán testigos.”  En otras palabras, ¡tu persona será un testigo de Él!

Esto se debe a que el poder que tú recibes cuando eres bautizado en el Espíritu Santo es el mismo poder que ungió a Pedro de tal manera que las personas sacaban a los enfermos a las plazas y los ponían en camillas para que, su sombra cayera sobre alguno de ellos y lo sanara. (Ver Hechos 5:15)  Incluso los pañuelos y delantales que habían tocado el cuerpo de Pablo estaban tan saturados con la unción del Espíritu que cuando estos tocaban a los enfermos, ¡las personas eran testigos de enfermedades y espíritus malignos que dejaban a los enfermos! (Ver Hechos 19:12)

Ese mismo poder hizo que un miembro de la iglesia bautizado con el Espíritu Santo, que oraba en lenguas, experimentara el poder sanador de Dios cuando impuso las manos sobre su madre, que estaba en una etapa avanzada de cáncer.  Y debido a que fue sanada, ella se convirtió en testigo del amor y el poder de Dios para sus amigos y familiares incrédulos.

Amado, cuando eres bautizado en el Espíritu Santo, ¡tú vas a ser testigo para otros de que ningún problema, prueba, enfermedad o dolencia es comparable al poder del Espíritu en ti!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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