Inspiración De Gracia
En
esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él
nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados. 1 Juan 4:10
Hoy, quiero que vuelvas a leer la
parábola del padre del hijo pródigo. (Lucas 15:11–32) Mientras lees, ten en cuenta que este hijo
rechazó a su padre decididamente, y lo humilló y deshonró por completo, luego
solo regresó a casa cuando recordó que incluso los sirvientes contratados por
su padre tenían más comida que él. No
fue el amor del hijo por su padre lo que lo llevó a regresar a casa; fue su
estómago. En su propio orgullo
ensimismado, él quería ganarse su propio sustento como siervo asalariado en
lugar de recibir la provisión de su padre por gracia o favor inmerecido.
Dios quiere que nosotros sepamos que incluso cuando
nuestras motivaciones no son las correctas, incluso cuando tenemos una agenda
oculta (generalmente egocéntrica) y nuestras intenciones no son completamente
puras, Él todavía corre hacia nosotros en nuestro momento de necesidad y
derrama sobre nosotros Su favor inmerecido, que no hemos ganado y del cual no
somos dignos.
¡Oh, cuán inescrutables son las profundidades de Su amor y
gracia para nosotros! Nunca se tratará
de nuestro amor por Dios. Siempre se
tratará de Su magnífico amor por nosotros. La Biblia deja esto claro: “En esto consiste el amor: no en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como
propiciación por nuestros pecados.” (1 Juan 4:10)
Algunas personas piensan que la comunión con Dios solo se
puede restaurar cuando tú estás perfectamente contrito y has confesado
perfectamente todos tus pecados. Sin
embargo, en esta parábola, vemos que fue el padre el que inició, era el padre quien
había extrañado a su hijo, quien ya lo estaba esperando y quien ya lo había perdonado.
Antes de que el hijo pudiera pronunciar una sola palabra
de su disculpa ensayada, el padre ya había corrido hacia él, lo había abrazado
y le había dado la bienvenida a casa. ¿Puedes
ver cómo todo se trata del corazón lleno de gracia, perdón y amor de nuestro
Padre? Nuestro Padre Dios se traga todas
nuestras imperfecciones y el verdadero arrepentimiento viene a nosotros debido
a Su bondad.
¿Le digo a Dios “lo siento” confesando mis pecados cuando no
obro bien y le fallo? Por supuesto que
sí. Pero no lo hago para ser perdonado
porque yo sé que ya fui perdonado por medio de la obra
terminada de Jesús. La confesión proviene del desbordamiento de mi
corazón debido a que he experimentado Su bondad y gracia, y porque yo sé que,
como Su hijo, yo soy justo para siempre por medio de la sangre de Jesús. Esto surge al ser consciente de la justicia,
no consciente del pecado; de ser consciente del perdón, no consciente del
juicio. Hay una diferencia enorme.
Si tú comprendes esto y comienzas a practicarlo,
comenzarás a experimentar nuevas dimensiones en tu amoroso caminar con el
Padre. Te darás cuenta de que tu papá Dios
está completamente interesado en las relaciones y no en el protocolo religioso.
A Él le encanta estar contigo. Bajo la gracia, Él no demanda de ti perfección;
Él te provee perfección por medio de
la obra terminada de Su Hijo, Jesucristo.
Así que no importa cuántas equivocaciones tú hayas
cometido, no tengas miedo de Él. Él te
ama. ¡Tu Padre está corriendo hacia ti
para abrazarte!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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