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lunes, 20 de septiembre de 2021

Lo Que El Salvador Soportó

Inspiración De Gracia


… Fue desfigurada Su apariencia más que la de cualquier hombre, y Su aspecto más que el de los hijos de los hombres.  Isaías 52:14

Nuestro Señor Jesús eligió el pan y el vino como los elementos de la Santa Cena porque son recordatorios prácticos y visuales de lo que le sucedió a Él cuando fue a la cruz.  Tanto el grano como las uvas tienen que pasar por un proceso de pulverización antes de se pueda obtener pan o vino.

No se obtiene vino simplemente comiendo uvas.  Primero hay que machacar las uvas y triturarlas por completo.  Luego estas se dejan en la oscuridad para que fermenten.  Eso es lo que le sucedió a nuestro Señor Jesús.

Es importante que nosotros discernamos el cuerpo del Señor para nuestra salud.  Cada vez que participes de Su cuerpo partido al comer el pan, no te apresures para terminar.  Participa con una revelación de lo que Él hizo por ti y medita en el proceso por el que tuvo que pasar el pan.

Para obtener pan en el tiempo de Jesús, las espigas de trigo primero tenían que ser trilladas, ya sea golpeándolas (Jueces 6:11) o con el uso de un trillo (Isaías 41:15).  Este era un proceso violento que involucraba golpear, triturar y cortar el trigo para separar el grano de las espigas.  Luego, el grano tenía que ser molido en una piedra de molino o batido en un mortero para obtener harina.  Después de esto, se debía agregar agua, y luego la harina era amasada y golpeada  hasta convertirla masa para ser horneada al fuego.

Todo esto es una imagen de lo que le sucedió a nuestro Señor Jesús.  Para convertirse en el Pan de Vida para ti y para mí, Él fue brutalmente golpeado y herido una y otra vez durante Su juicio y crucifixión.  Cuando fue condenado por el sumo sacerdote y el Sanedrín, ellos se burlaron de Él, lo escupieron y lo golpearon.  Le vendaron los ojos y lo golpearon en el rostro. (Lucas 22:63–64; Marcos 14:65)  Luego, Él fue enviado a Poncio Pilato, quien hizo que los soldados romanos lo azotaran salvajemente. (Mateo 27:26)  Después, ellos le pusieron un manto escarlata en Su cuerpo golpeado, trenzaron una corona de espinas y la ensartaron en Su cabeza.  Pusieron una vara en Su mano derecha, se arrodillaron ante Él y se burlaron de Él.  Le escupieron, tomaron la vara y lo golpearon en la cabeza una y otra vez, clavando las espinas más y más profundamente en Su carne con cada golpe.  “Cuando al fin se cansaron de hacerle burla,” lo llevaron para crucificarlo. (Mateo 27:27–31, NTV)

Todo eso fue antes de que Su cuerpo fuera clavado en la cruz.  Nosotros nunca podremos imaginar o comprender completamente la horrible tortura, la humillación degradante y el dolor insoportable que nuestro Salvador soportó por nuestro bien.  Él sufrió para que tú y yo no tuviéramos que sufrir el azote de la enfermedad en nuestros cuerpos.  ¡Por los azotes que Él soportó, nosotros estamos sanados!  ¡Aleluya!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince 

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