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sábado, 5 de enero de 2019

No Es Por Accidente O Coincidencia

Medita En
Y aconteció que fue a la parte del campo que pertenecía a Booz.  (Rut 2:3)
Me gusta cómo la versión BLP traduce Rut 2:3 “y por casualidad se encontró en una finca de Boaz". La palabra hebrea para "fue a" y "se encontró" es qarah.  Y la palabra hebrea para "aconteció" y "por casualidad" es miqreh, que viene de la palabra qarah.  De paso, la palabra happy (feliz), viene de la antigua palabra inglesa "hap" (sucedió por suerte), ¡que es la razón por la que cuando los acontecimientos acontecen de la manera que tú quieres que estos acontezcan, tú eres feliz!
No sé cuántas veces he escuchado testimonios de personas que aconteció que se encontraron a un viejo amigo que estaba pasando una necesidad y pudieron servirle a su amigo, o quienes aconteció que se retrasaron o que aconteció que cambiaron sus planes originales y debido a eso, fueron protegidos de un desastre.  Mi amigo, ninguna de esas cosas sucedieron por accidente, ni coincidencia.  Fue el Señor dándole a ellos migreh y qarah —¡poniéndolos en el lugar correcto, en el momento correcto!
Vemos esto reflejado en una nota de alabanza al Señor que nos compartió Sandy, quien vive en Singapur.
Antes de manejar, yo siempre tomo el tiempo de orar por la protección del Señor.  El 31 de marzo, oré de la manera usual antes de comenzar a manejar hacia la ciudad. 
Quedé atrapada en el tráfico pesado y los autos avanzaban lentamente hacia un cruce importante.  Como muchos automovilistas, estaba impaciente y me decepcioné cuando el semáforo se puso en rojo, justo cuando me acercaba al cruce.  Entonces, escuché un extraño sonido de algo que se quebraba y me sorprendí cuando un enorme árbol viejo cayó y golpeó el techo del automóvil que estaba justo en frente de mí, creando una gran abolladura en su techo y rompiendo el parabrisas trasero. 
Por la gracia de Dios, el conductor del auto salió ileso.  No hace falta decir que yo estaba muy agradecida con Dios cuando me di cuenta de que Él me había colocado en el lugar correcto en el momento correcto, para que no me lastimara. 
Estoy muy agradecida con Jesús por Su protección divina.  Sin Sus alas de protección sobre mí, tal vez ni siquiera estaría viva hoy.  ¡Gracias Jesús!
Incluso para algo tan mundano como manejar en carretera, lo cual muchos de nosotros hacemos cada día, necesitamos tomar el tiempo para orar al Señor por protección.  No pongamos nuestra confianza en nuestra rutina diaria, nuestras habilidades o nuestra poca capacidad de anticipar el peligro.  Nuestra confianza debe estar en la protección del Señor.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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