Y aconteció que fue a la parte del campo
que pertenecía a Booz. (Rut 2:3)
Me gusta cómo la versión
BLP traduce Rut 2:3 “y por casualidad se encontró en una finca
de Boaz". La palabra hebrea para "fue a" y "se encontró" es qarah. Y la palabra hebrea para "aconteció" y "por casualidad" es miqreh, que viene de la palabra qarah. De paso, la palabra happy (feliz), viene de la antigua palabra inglesa "hap" (sucedió por suerte), ¡que es la razón por la que cuando los acontecimientos acontecen de la manera que tú quieres que estos acontezcan, tú eres feliz!
No sé cuántas veces he escuchado testimonios de personas que aconteció
que se encontraron a un viejo amigo que estaba pasando una necesidad y pudieron
servirle a su amigo, o quienes aconteció que
se retrasaron o que aconteció que
cambiaron sus planes originales y debido a eso, fueron protegidos de un
desastre. Mi amigo, ninguna de esas
cosas sucedieron por accidente, ni coincidencia. Fue el Señor dándole a ellos migreh y qarah —¡poniéndolos en el lugar correcto, en el momento correcto!
Vemos esto reflejado
en una nota de alabanza al Señor que nos compartió Sandy, quien vive en
Singapur.
Antes de manejar, yo siempre tomo el tiempo de orar por la
protección del Señor. El 31 de marzo,
oré de la manera usual antes de comenzar a manejar hacia la ciudad.
Quedé atrapada en el tráfico pesado y los autos avanzaban
lentamente hacia un cruce importante.
Como muchos automovilistas, estaba impaciente y me decepcioné cuando el
semáforo se puso en rojo, justo cuando me acercaba al cruce. Entonces, escuché un extraño sonido de algo
que se quebraba y me sorprendí cuando un enorme árbol viejo cayó y golpeó el
techo del automóvil que estaba justo en frente de mí, creando una gran
abolladura en su techo y rompiendo el parabrisas trasero.
Por la gracia de Dios, el conductor del auto salió ileso. No hace falta decir que yo estaba muy
agradecida con Dios cuando me di cuenta de que Él me había colocado en el lugar
correcto en el momento correcto, para que no me lastimara.
Estoy muy agradecida con Jesús por Su protección divina. Sin Sus alas de protección sobre mí, tal vez
ni siquiera estaría viva hoy. ¡Gracias
Jesús!
Incluso para algo tan mundano
como manejar en carretera, lo cual muchos de nosotros hacemos cada día, necesitamos
tomar el tiempo para orar al Señor por protección. No pongamos nuestra confianza en nuestra
rutina diaria, nuestras habilidades o nuestra poca capacidad de anticipar el
peligro. Nuestra confianza debe estar en
la protección del Señor.
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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