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domingo, 20 de enero de 2019

El Hombre Bajo La Gracia Ve Y Aprecia Sus Bendiciones

Medita En
Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza… Será como arbusto en el yermo y no verá el bien cuando venga… (Jeremías 17:5–6)
Una de las cosas más tristes acerca de un hombre que confía en sus fortalezas y sus propios esfuerzos —“quien... hace de la carne su fortaleza”— es que no puede ver el bien cuando éste le llega.
Como pastor, he visto a través de los años, a personas que no ponen su confianza en el Señor cuando se trata de sus matrimonios, finanzas y otras áreas de debilidad.  Están decididos a confiar en sus propios esfuerzos y tienden a ser bastante arrogantes y fastidiosos con las personas que los rodean.  Muchas veces, cuando observas a personas así, te das cuenta de que no pueden ver las cosas buenas que están justo debajo de sus narices.  No aprecian a sus cónyuges, descuidan a sus hijos e incluso cuando otras bendiciones se les presentan, ¡las pierden!
¿Por qué es que no pueden ver el bien cuando éste les llega?  Es porque las personas que confían en sus propios esfuerzos no tienen la capacidad de ver y recibir bendiciones del Señor.  Ellos solo creen en el “bien” que puede venir de sus propios esfuerzos.  Es por eso que están orgullosos.  Probablemente te darás cuenta de que esas personas no dicen “gracias” muy a menudo a las personas que los rodean.  Sienten que tienen derecho y merecen todo lo que reciben.  Rara vez son agradecidos o apreciativos, y es por eso que dan por sentado a sus cónyuges en lugar de verlos como una bendición del Señor.
En contraste, las personas que están viviendo bajo la gracia y que confían en el favor inmerecido del Señor, están constantemente agradecidas, alabando a Dios y dando gracias a Jesús.  Ellos son agradecidos y apreciativos con las personas que los rodean.
Cuando yo aún era soltero, tenía la idea del tipo de esposa que quería y presenté mi petición al Señor.  ¿Pero sabes qué?  ¡Él respondió mi oración en sobremanera y me dio a Wendy!  Yo estoy verdaderamente agradecido al Señor por Wendy y sé que eso es el favor inmerecido de Jesús.  Cuando veo a mi hija Jessica, sé que no merezco a una hija tan hermosa y, sin embargo, el Señor me dio esta preciosa niña a mí.  Verás, amigo mío, yo no hice nada para merecerlo, pero el Señor me bendijo con una familia increíble.  Cuando tú vives bajo la gracia, puedes realmente disfrutar de las bendiciones que te rodean porque sabes que son inmerecidas.  Mira a la familia, amigos y otras bendiciones que Dios te ha dado hoy.  Mira cómo Él te ha bendecido con ellos porque Él te ama.  ¡Y cuando los veas como bendiciones, van a enriquecer tu vida! (Proverbios 10:22)
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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