Medita En
Como rugido de león es la ira del rey, y Su favor como rocío sobre
la hierba. (Proverbios 19:12)
Hoy, nosotros somos beneficiarios del favor de Dios, porque
Su ira contra nuestros pecados fue completamente satisfecha en el Calvario. En hebreo, la palabra utilizada para “favor” es ratsown, que significa Su
placer, deleite, buena voluntad y aceptación.
Nuestro lugar de
protección fue comprado con la
sangre de nuestro Señor Jesucristo. En Él, nosotros hemos sido hechos justos, y todas las bendiciones de los
justos, incluidas la protección,
provisión y largura de días, son
nuestra herencia. Ese es el lugar en el que estamos hoy. ¿No es hermoso? Con razón las Escrituras nos dicen: “El impío huye sin que nadie lo persiga, más
los justos están confiados como un león.”
(Prov. 28:1) Y también nos dicen: “La oración eficaz del justo puede lograr mucho.” (Santiago
5:16) Un hombre (o mujer) justo es lo
que tú eres en Cristo y cuando oras
la Oración de Protección del Salmo 91, tus oraciones pueden lograr mucho, ¡porque
Dios responde a tus oraciones!
Recibí un testimonio
acerca de la protección divina de Dios, de Sally, quien vive en Sudáfrica. Se animado a medida que lees cómo ella oró por
protección sabiendo que ella es una persona justa en Cristo:
Me encontraba
manejando un auto rentado, cuando de pronto escuché una fuerte explosión. En unos instantes, el auto estaba en llamas. Inmediatamente apagué el motor para salir. ¡Pero para mi horror, no pude quitarme el
cinturón de seguridad, ni abrir la puerta! Estaba atorada.
Finalmente, logré
abrir la puerta. Para entonces, las
llamas amenazaban con entrar al auto y tuve que cerrar la puerta nuevamente
porque seguía atrapada por el cinturón de seguridad. Clamé al mi Abba Padre y declaré: “Yo soy Tu
justicia. ¡Tú eres el único que puede
salvarme!” Mientras esas palabras
resonaban como un eco en mis oídos y en mi corazón, escuché el click del
cinturón de seguridad que se soltó. Y salí
corriendo del auto.
Al llegar los bomberos,
ellos detuvieron el incendio. ¡Alabo al
Señor por haberme liberado de esa situación peligrosa! Me di cuenta de que el diablo fue derrotado hace
mucho tiempo y nosotros ya no tenemos nada que temer.
Alabemos al Señor por
Su liberación y protección. ¡Me regocijo
porque estamos protegidos del peligro como con un escudo, debido a la justicia
que tenemos en Cristo!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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