recibe pequeños mensajes de gracia todos los días

miércoles, 29 de mayo de 2019

Confiados Como Un León


Medita En
Como rugido de león es la ira del rey, y Su favor como rocío sobre la hierba.  (Proverbios 19:12)
Hoy, nosotros somos beneficiarios del favor de Dios, porque Su ira contra nuestros pecados fue completamente satisfecha en el Calvario.  En hebreo, la palabra utilizada para “favor” es ratsown, que significa Su placer, deleite, buena voluntad y aceptación.
Nuestro lugar de protección fue comprado con la sangre de nuestro Señor Jesucristo.  En Él, nosotros hemos sido hechos justos, y todas las bendiciones de los justos, incluidas la protección, provisión y largura de días, son nuestra herencia.  Ese es el lugar en el que estamos hoy.  ¿No es hermoso?  Con razón las Escrituras nos dicen: “El impío huye sin que nadie lo persiga, más los justos están confiados como un león.” (Prov. 28:1)  Y también nos dicen: “La oración eficaz del justo puede lograr mucho.” (Santiago 5:16)  Un hombre (o mujer) justo es lo que tú eres en Cristo y cuando oras la Oración de Protección del Salmo 91, tus oraciones pueden lograr mucho, ¡porque Dios responde a tus oraciones!
Recibí un testimonio acerca de la protección divina de Dios, de Sally, quien vive en Sudáfrica.  Se animado a medida que lees cómo ella oró por protección sabiendo que ella es una persona justa en Cristo:
Me encontraba manejando un auto rentado, cuando de pronto escuché una fuerte explosión.  En unos instantes, el auto estaba en llamas.  Inmediatamente apagué el motor para salir.  ¡Pero para mi horror, no pude quitarme el cinturón de seguridad, ni abrir la puerta!  Estaba atorada.
Finalmente, logré abrir la puerta.  Para entonces, las llamas amenazaban con entrar al auto y tuve que cerrar la puerta nuevamente porque seguía atrapada por el cinturón de seguridad.  Clamé al mi Abba Padre y declaré: “Yo soy Tu justicia.  ¡Tú eres el único que puede salvarme!”  Mientras esas palabras resonaban como un eco en mis oídos y en mi corazón, escuché el click del cinturón de seguridad que se soltó.  Y salí corriendo del auto.
Al llegar los bomberos, ellos detuvieron el incendio.  ¡Alabo al Señor por haberme liberado de esa situación peligrosa!  Me di cuenta de que el diablo fue derrotado hace mucho tiempo y nosotros ya no tenemos nada que temer.
Alabemos al Señor por Su liberación y protección.  ¡Me regocijo porque estamos protegidos del peligro como con un escudo, debido a la justicia que tenemos en Cristo!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

No hay comentarios:

Publicar un comentario