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miércoles, 1 de mayo de 2019

Prepárate Para Jugar La Ofensiva


Medita En
Hijos Míos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es El que está en vosotros que el que está en el mundo.  (1 Juan 4:4)
Cualquier deporte de equipos que sigas, sabes que la defensa es vital.  Una buena estrategia defensiva te mantiene en la contienda, pero la defensa sola no gana los campeonatos.
La Oración de Protección en el Salmo 91 tiene muchos elementos defensivos.  Habla sobre morar en el lugar secreto del Altísimo, permanecer bajo la sombra del Todopoderoso y tomar al Señor como nuestro refugio y fortaleza.  Habla también de que estamos cubiertos debajo de Sus alas y protegidos por un ejército de ángeles.  Esta es la defensiva y hemos estudiado juntos al respecto, así que ahora los invito a prepararnos para jugar la ofensiva.
Ciertamente, hay momentos y estaciones en los que lo mejor que se puede hacer es buscar estar cubiertos y permitirnos a nosotros mismos ser protegidos.  El Señor es nuestro lugar seguro, nuestro escondite y nuestra fortaleza impenetrable, y me encanta que nosotros podemos refugiarnos en Él.  Pero la Oración de Protección también declara esto en el versículo 13: “Sobre el león y la cobra pisarás; hollarás al cachorro del león y a la serpiente.”
Esto es tomar una posición ofensiva.  Esto tiene que ver con atacar.  ¡Esto es tomar autoridad!
En el Evangelio de Lucas, vemos a nuestro Señor Jesús enviando a setenta discípulos contra el reino de las tinieblas, “como corderos en medio de lobos”. (Lucas 10:3)  ¿Alguna vez has visto a un cordero dominar a un lobo?  Por supuesto no.  Verás, esta autoridad de la que estamos hablando no es una autoridad natural.  Como el cordero, tú y yo no tenemos poder por nosotros mismos.  Esta es una autoridad sobrenatural que proviene de nuestro Señor Jesucristo, así como la fuerza que le permitió a Sansón despedazar al león joven, fue una fuerza sobrenatural.
Los retratos de Sansón que he visto pintan a un hombre enorme y musculoso.  Yo creo que él podría haber sido pequeño y escuálido, pero dotado de poder y fuerza sobrenaturales de parte de Dios.  Naturalmente hablando, que Sansón se enfrentara al león con sus propias manos era como un cordero enfrentándose con un lobo feroz.  Sin embargo, nosotros sabemos que El que está en nosotros es más grande que cualquier depredador que está en el mundo.  ¡Amén!
Amigo, en Cristo, tú eres mucho más fuerte de lo que crees ser.  Puede ser que no lo veas, ni lo sientas, pero Dios siempre usa lo débil de este mundo para avergonzar a los sabios y lo que es fuerte. (Ver 1 Cor. 1:27)  Recuerda, la carrera no es siempre de los rápidos, ni la batalla de los fuertes.  Es el Señor quien finalmente determina quién saldrá victorioso.  ¡Y ya que el Señor está de tu lado, quien puede estar en tu contra! (Ver Rom. 8:31)
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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