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lunes, 11 de noviembre de 2019

Más Que Vencedor


Medita En
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados.  (1 Juan 4:10, KJV)
Querido amigo, ¿tienes hoy la revelación del amor personal de Dios por ti?  Su amor tiene que conocerse en tu corazón.  El conocimiento de la cabeza —solo conocer intelectualmente que Dios te ama porque Él ama a todos— no va a ser suficiente.  Es cuando realmente encuentras a la persona de Jesús y Su gracia, y realmente comprendes en tu corazón que Él te ama, que comienzan a suceder cambios positivos y profundos en tu vida.
¿Hay una base bíblica para decir esto?  Sí la hay.  La Biblia nos dice claramente: “Gracia y paz os sean multiplicadas en el conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor”. (2Pe. 1:2)  La palabra para “conocimiento” aquí es el griego epignosis, que se refiere a una experiencia del corazón sobre qué y quién es Dios, en vez del simple conocimiento intelectual de los hechos acerca de Él.  Es un conocimiento que se obtiene a través de una relación íntima y personal con Dios.  En otras palabras, cuando tú oyes y oyes hasta que sabes en tu corazón que el Señor te ama y está de tu lado, vas a experimentar Su favor inmerecido y Su paz sobrenatural en el área de tus dificultades.  Es entonces que encontrarás Su fuerza, sabiduría y provisión, multiplicados de manera tangible en tu vida.
¿Recuerdas a Gedeón, que se veía a sí mismo como el más pequeño de su familia y que estaba trillando trigo en un lagar por miedo a ser visto por los madianitas?  Leemos su historia en el libro de Jueces y podemos ver cómo él superó sus inseguridades y sus temores, y salvó a Israel de los madianitas, porque escuchó por primera vez del Ángel del Señor, palabras de aliento llenas de gracia: “El Señor está contigo, valiente guerrero… Ciertamente Yo estaré contigo, y derrotarás a Madián como a un solo hombre”. (Jueces 6:12, 16)  Cuando él comenzó a ver cómo el Señor lo veía, y creyó que el Señor estaba con él y para él, ¡él cumplió su destino!
Si, como Gedeón, tú te sientes pequeño e impotente frente a tus problemas, te animo a que sigas escuchando cómo, debido al sacrificio de Jesús y Su obra terminada, nada puede separarte del amor de Dios.  Hoy, quiero que sepas que Él te hizo más que vencedor en Cristo. (Ver Rom. 8:37-39)  Cuando tú sabes quién eres en Cristo y crees en el amor de Dios por ti, te vuelves fuerte y ves a Dios hacer grandes cosas en ti y a través de ti.  Cuando tú sabes que Dios está contigo y está para ti, ¿qué o quién puede oponerse a ti y salir victorioso? (Ver Rom. 8:31)  ¡Tú ciertamente ganarás las batallas de la vida y vivirás el increíble destino que Dios ha preparado para ti!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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