Medita En
Entonces en su angustia clamaron al Señor y Él los salvó de sus
aflicciones; los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte y rompió sus
ataduras. (Salmos 107:13–14)
¿Quién te crees que
eres? ¿Has olvidado todos los errores
que has cometido?
Las cosas nunca
mejorarán. Deberías solo aceptar lo que
te tocó.
No va a funcionar —¡tú
simplemente vas a fallar otra vez!
Nadie te ama. Tú estás completamente solo
¿Has estado en el
extremo receptor de estas palabras de desánimo, acusación y menosprecio?
He visto estas
tácticas de engaño, cargadas de juicio y condenación, que el adversario ha
usado demasiadas veces. He visto a muchas
personas que tratan de salir de la sombra de su pasado o liberarse de sus
adicciones, y terminan sucumbiendo a estas mentiras sobre sí mismos, su
identidad, su futuro y su destino. Como
resultado, ellos no pueden ser libres y día tras día, simplemente viven para
perpetuar el dolor, los temores y las adicciones a los que están atados.
Ese es el poder de creer lo equivocado.
Creer lo equivocado
pone a las personas en una prisión —una prisión donde los reclusos se comportan
como si estuvieran presos en una cárcel de máxima seguridad. Ellos marchan rigurosamente hacia las frías celdas
de dudas personales y adicciones. Se
dejan llevar a las mazmorras de las conductas destructivas. Se han convencido a sí mismos de nunca soñar
con un lugar mejor, creyendo que ellos no tienen más remedio que vivir en
desesperación, frustración y derrota.
Si eso te describe, es tiempo de que te escapes de la prisión,
amigo. Es hora de que te liberes de
la atadura paralizante de todo lo que te ha detenido. ¿Cómo? A través de creer lo correcto —la luz
que ilumina el camino de la libertad hacia afuera de esta prisión.
Reconoce y cree que Dios no quiere que vivas
encarcelado por temores, culpa y adicciones. Abre tu corazón para creer que Su plan para
ti es que vivas con alegría desbordante, con paz que supera el entendimiento y con
confianza inquebrantable en lo que Él ha hecho por ti. A
través de la cruz, Jesús ha pagado para que tú tengas Su vida abundante —una
vida marcada por Su libertad, Su poder y Sus bendiciones.
¡Es hora de dejar la
vida de derrota y caminar en una vida llena de victoria, seguridad y la
abundante gracia de Dios!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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