Inspiración de Gracia
El Espíritu Mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. (Romanos 8:16)
Todo produce según su especie. Los perros dan a luz cachorros, los gatos dan
a luz gatitos y los tigres dan a luz cachorros de tigre. De la misma manera, cuando tú naces de nuevo, tú
naces de Dios. Tú eres un hijo del Dios
Altísimo. Él es tu Padre y Él no te ve
en la carne. Él te ve en el Espíritu. Y Su Espíritu da testimonio a tu espíritu de
que eres Su hijo.
Así que, cuando el
diablo venga a ti y te diga: “Bueno, tu padre murió de cáncer, su padre murió
de cáncer y tú también vas a morir de cáncer, tal como tu padre,” solo debes
saber en tu corazón que tú eres como
tu Padre —¡tu Padre en el cielo! Declara: “Yo soy hijo
del Dios Altísimo. Él no tiene cáncer,
¡así que yo tampoco!”
Amigo, cuando tú naces
de Dios, naces para ganar. Ya que tu Papá
Dios es un ganador, ¡tú también lo eres! Cuando te despiertes por la mañana, di:
"¡Yo soy un ganador porque Dios es un ganador!”
Cuando tú dices que no
puedes permitirte comprar algo que necesitas, tú has olvidado a qué familia
perteneces ahora. Tú has nacido de nuevo
en una familia muy rica —¡tu Padre es dueño de todo animal del bosque y del
ganado sobre mil colinas! (Ver Salmos 50:10) Tú tienes un Papá Dios en el cielo que puede proveer
para todas tus necesidades. (Ver
Filipenses 4:19) Incluso si hay áreas de
escasez en tu vida ahora, no te preocupes. Simplemente pídele a Dios la provisión porque tu
Padre celestial te ama y quiere proveer para tus necesidades.
Cuando alguien habla contigo
acerca de un problema y te pregunta: “¿Qué vamos a hacer al respecto?” Tú deberías decir: “No te preocupes. Hablemos con Papá Dios al respecto. Eso no es un problema para Él, así que tampoco
será un problema para nosotros.”
Amado, incluso cuando
todo a tu alrededor se está hundiendo, tu Papá Dios sigue siendo el mismo Padre
celestial que mantuvo a flote el mundo de Noé, a sus seres queridos sanos y
salvos, y sus posesiones intactas. ¡Tu
mundo nunca se hundirá porque tú eres un hijo amado de Dios!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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