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domingo, 6 de septiembre de 2020

Enfócate En La Obra Terminada Para Tu Salud Divina

 Inspiración de Gracia

Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre.  (Salmos 118:8)

Muchas personas piensan que la manera de lograr una buena salud es cuidando lo que comen.  Por ejemplo, muchas personas dicen que la dieta mediterránea es una dieta muy saludable.  Yo estoy de acuerdo, de manera general.  Pero, ¿sabías que las personas a las que Jesús sanó también guardaban una dieta mediterránea?  Ellos no comían cerdo ni langostinos, por ejemplo, porque eran judíos y estas cosas no son permitidas para ellos.

Sé que tú quieres andar con salud divina.  Pero Dios no quiere que tu enfoque esté en la comida —qué comer, qué no comer— o incluso en hacer ejercicio —cómo ejercitarte, cuándo ejercitarte.  Todos estos son medios naturales en los que las personas del mundo confían.  Es mejor confiar en el Señor y en Su obra terminada, que poner tu confianza en los últimos planes de dieta y regímenes de ejercicio hechos por el hombre.

En la cruz, Jesús llevó tus enfermedades y cargó tus dolores, y por Sus llagas tú fuiste sanado. (Ver Isaías 53:4–5)  La Biblia incluso nos dice cómo escapar de la enfermedad y la muerte prematura —al discernir el cuerpo del Señor cuando participamos de la Santa Cena. (Ver 1 Corintios 11:29-30)  Pero en lugar de enfocarnos en estas verdades, muchos de nosotros preferimos enfocarnos en hacer dieta y hacer ejercicio.

Ahora, yo no estoy en contra de comer bien ni de ejercitarse.  Yo mismo hago ejercicio y cuido lo que como.  Por ejemplo, no me gusta comer cosas grasosas porque me hacen sentir incómodo.  Y cuando tengo que predicar, ¡hago todo lo posible por no comer alimentos que me hagan eructar!

Pero como cosas generalmente saludables, no porque confíe en que la dieta me hará saludable.  Hago ejercicio no porque confíe en que el ejercicio me hará saludable.  No, yo confío en que la obra terminada de Cristo me hace saludable.  Como bien porque me gusta sentirme bien y hago ejercicio porque disfruto esa aceleración, ¡y del sudor!

Dios quiere que tú seas libre cuando se trata de comer y de ejercitarte.  No hagas leyes para comer y ejercitarte, y luego resultes confiando en que estas leyes te darán salud “divina.”  Confía en la obra terminada de Cristo.  Discierne Su cuerpo cuando participes de la Santa Cena.  ¡Y simplemente disfruta de tu comida y ejercicio!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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