Inspiración de Gracia
En todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis
apagar todos los dardos encendidos del maligno.
(Efesios 6:16)
Yo creo que cuando tú oras en el Espíritu, es
decir, en lenguas, un escudo se levanta alrededor de ti —un escudo acuoso. Pero, ¿por qué lo llamo un escudo “acuoso”? Déjame compartir contigo lo que el Señor me
mostró.
Una vez, yo estaba
meditando en Efesios 6:16— “en todo,
tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos
del maligno.” Al principio, pensé en
el escudo de madera de un soldado romano. Pero cuatro palabras seguían repitiéndose en
mi mente: “apagar” y “dardos de fuego.” Entonces, el Señor dijo: “Hijo, si fuera un
escudo de madera, los dardos de fuego lo quemarían.” Él en cambio, me mostró un escudo de agua, uno
que era capaz de apagar los dardos
de fuego.
Puedes preguntarme: “¿Y
de dónde viene el agua?”
Recuerda que Jesús
dijo: “El que cree en Mí, como ha dicho
la Escritura: «De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva».” (Juan 7:38)
El siguiente versículo dice: “Pero
Él decía esto del Espíritu…” (Juan 7:39)
Jesús estaba hablando
del Espíritu Santo, al quien Él comparó con ríos de agua viva fluyendo de nosotros. Así que, cuando nosotros oramos en el
Espíritu, ríos de agua viva fluirán, ¡apagando los dardos de fuego que el
diablo nos lanza!
Esto sucedió un día
cuando yo estaba cenando con un miembro de la iglesia. Ahora, yo no suelo orar en lenguas cuando doy
gracias por mi comida. Pero esa noche,
el Espíritu me impulsó a hacerlo. Así
que oré en lenguas mientras ponía mis manos sobre mi plato de nasi lemak (arroz
con sabor a coco).
Pronto, estábamos
comiendo y hablando cuando, de repente, yo mordí algo duro. ¡Lo escupí rápidamente y me di cuenta de que
era un clavo! Entonces, me di cuenta de
que esta era la razón por la que el Señor quería que yo orara en lenguas. Aunque el diablo estaba tratando de “clavarme,”
¡él falló!
Amigo, levanta el
escudo acuoso que Dios te ha dado. ¡Ora
en el Espíritu y apaga los dardos de fuego del enemigo!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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