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martes, 8 de septiembre de 2020

Las 12 Fuentes De Agua Y 70 Palmeras

 Inspiración de Gracia

Llegaron a Elim, donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras, y acamparon allí junto a las aguas.  (Éxodo 15:27)

¿Te gustaría conocer una importante clave bíblica para la salud divina?  Se encuentra en el versículo de hoy, que viene justo después de que Dios dice: “Yo, el Señor, Soy tu sanador.”  Él le dijo esto a Su pueblo después de sacarlos de Egipto. (Ver Éxodo 15:26)

Las fuentes de agua y las palmeras hablan de refresco.  Pintan el cuadro de un oasis en el desierto.  Los israelitas descansaron y se refrescaron allí.  Pero, ¿por qué los números 12 y 70?

No hay detalles insignificantes en la Biblia.  Las 12 fuentes de agua y 70 palmeras representan ministerios ungidos que te refrescan con la Palabra de Dios.  Así que, si tú quieres conocer a Jesús como el Señor que te sana, siéntate bajo la predicación ungida de la Palabra de Dios porque cuando Su Palabra corra, ésta te sanará.  ¡Su Palabra es salud para todo tu cuerpo! (Ver Proverbios 4:22)

¿Cómo hice esa conexión?  Deja que la Biblia interprete la Biblia.  Mateo 10:1 dice que Jesús “llamando a Sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.”  Él envió a los 12 y les dijo: “Y cuando vayáis, predicad diciendo: «El reino de los cielos se ha acercado». Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios…” (Mateo 10:7-8).

Luego, en Lucas 10:1, el Señor “designó a otros setenta, y los envió de dos en dos delante de Él, a toda ciudad y lugar adonde Él debía de ir.”  También dijo a los 70: Sanad a los enfermos que haya en la ciudad y decidles: «Se ha acercado a vosotros el reino de Dios». (Lucas 10:9)

En otras palabras, Jesús ungió a los 12 y luego a los 70 discípulos para predicar la Palabra de Dios y sanar a los enfermos.  Hoy, si tú quieres un refrigerio, si quieres salud y sanidad, no te sientes bajo los ministerios que te dicen que Dios no siempre quiere sanar y que a veces te da enfermedades para enseñarte una lección.  En cambio, siéntate bajo ministerios ungidos que predican las buenas nuevas y practican la sanidad de los enfermos.  Amigo, ¡así es como tú puedes empezar a caminar en salud divina!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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