Inspiración De Gracia
Despierten
a la justicia y no pequen más. 1
Corintios 15:34, NBV
Quizá tú te encuentras bajo un
constante asedio de condenación porque se te enseñó erróneamente que el
Espíritu Santo convence a los creyentes de sus pecados. Tú crees que la condenación que sientes es el
resultado de la convicción del Espíritu Santo cuando en realidad esta viene del
acusador.
En lugar de ver al Espíritu Santo como tu Ayudador,
convenciéndote de que tú eres la justicia de Dios en Cristo, convenciéndote de que
Dios nunca te abandonará incluso si has pecado, resultaste luchando con el pecado,
la condenación y el temor. Es hora de
que “despiertes a la justicia”. Como descubrió Pamela en Maryland, cuando lo
haces, la opresión, la esclavitud y el pecado no pueden mantener su control en
tu vida. Aquí está el testimonio de
Pamela:
Estimado pastor Prince, a los cincuenta y nueve años, me estaba
recuperando de múltiples fracturas en mi tobillo derecho y peroné. En el primer mes, mi movilidad se vio muy
limitada y mi condición física se debilitó.
Durante esa temporada de estrés, fui oprimida y atormentada por
fuertes sentimientos de temor al abandono y al rechazo, experimentando ataques
de pánico casi a diario. Yo tenía muchas
pesadillas y me volví incapaz de dormir —debido en parte a los analgésicos,
pero también a la ansiedad extrema. Algunas noches, todo lo que podía hacer era
leer la Biblia hasta que estaba exhausta y finalmente podía dormir.
Un día, me encontré con su programa de televisión y me “enganchó”.
Todos los días y noches, veía su programa
y me sumergía en las palabras de vida que usted estaba hablándole a mi alma. Pronto ordené uno de sus libros.
Por primera vez en mi vida, escuché que no era el Espíritu Santo
el que me convencía de pecado, sino mi conciencia. Y mientras leía el libro, esto fue como agua
para mi alma. Lo leí tres veces, y cada
vez obtenía más libertad y paz.
Ahora, a la edad de sesenta años, yo estoy más saludable, más
feliz y más libre de lo que jamás había sido en mi vida. Fui liberada de la fortaleza del miedo al
abandono, la negligencia y el rechazo que me habían oprimido la mayor parte de
mi vida. He podido perdonar a quienes
abusaron física, emocional y sexualmente de mí, y arrepentirme de mi falta de
respeto y odio hacia mí misma, de la amargura y el resentimiento.
Hoy, yo estoy segura de que mi Papá celestial me ama, no por
algo que yo haya o no haya hecho, sino por lo que Jesús hizo por mí. Yo continúo aprendiendo que soy completamente
aceptado y justificada en Su amado Hijo, Jesús, quien es totalmente encantador,
digno de confianza y misericordioso. Ahora,
paso mis días amándolo y siendo amada por Él, y soy más capaz de bendecir y
servir a los demás. ¡Gracias!
Amado, si tú estás luchando con la condenación, el temor y
el pecado, el poder para vencer se encuentra en saber que tú eres la justicia de Dios en Cristo. Cuando la Biblia dice: “Despierten a la justicia y no pequen más”, significa que cuanto
más cuenta te des de que tú en verdad eres justificado en Cristo, y que eres
justo por Sus obras y no por las tuyas, más empoderado estarás para vivir con
rectitud.
Deje que esta verdad penetre en ti y se liberado por el
conocimiento de que el Espíritu Santo es tu
Ayudador, dado por Dios para convencerte de justicia. ¡Tú eres la justicia de Dios en Cristo!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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