Inspiración De Gracia
Porque si continuamos pecando deliberadamente
después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio
alguno por los pecados, sino cierta horrenda expectación de juicio, y la furia
de un fuego que ha de consumir a los adversarios… ¿Cuánto mayor castigo pensáis
que merecerá el que ha hollado bajo sus pies al Hijo de Dios, y ha tenido por
inmunda la sangre del pacto por la cual fue santificado, y ha ultrajado al
Espíritu de gracia? Hebreos 10:26-27,
29
Al predicar el perdón total de los
pecados y la certeza de la salvación, a menudo me preguntan: Pero Pastor Prince, ¿no dice la Biblia en
Hebreos 10 que si nosotros pecamos voluntariamente, podemos perder nuestra
salvación y esperar con expectación el juicio de Dios y la furia del fuego consumidor”?
A muchos creyentes se les enseña esto hoy en día y, como
resultado de esto, ellos se vuelven conscientes de pecado —siempre atentos y
preocupados por sus “pecados intencionales” y el juicio de Dios por venir. Cuando algo malo les sucede (por ejemplo, la explosión
de una llanta en la carretera o el contraer una enfermedad), ellos inmediatamente
lo atribuyen al juicio de Dios sobre sus faltas. Querido lector, tener este temor y una
conciencia de juicio perenne no es la manera en la que Dios el Padre quiere que
vivamos.
Te informo que casi todos los pecados que nosotros cometemos
después de ser salvos (las excepciones son los pecados que cometemos
inconscientemente), se cometen voluntariamente. ¡Así que esto no puede ser de lo que está
hablando Hebreos 10:26 o cada creyente estaría viviendo cada día esperando el
juicio de Dios y la furia del fuego consumidor! ¿Qué significa, entonces, “pecar
voluntariamente”? ¿Es esto algo que un
creyente puede hacer?
Lo primero que debemos entender es que el libro de Hebreos fue escrito para los hebreos o el
pueblo judío (que incluía tanto a creyentes como a no creyentes). Hebreos 10:26, en particular, está dirigido a
los hermanos judíos que habían recibido “el conocimiento de la verdad” (el Señor Jesús como su Mesías y Su obra
terminada), pero nunca recibieron esta verdad en sus corazones. Ellos escucharon
la verdad acerca de Jesús, pero todavía estaban regresando al templo para
ofrecer sacrificios de animales por sus pecados.
Esto era un insulto al Espíritu de la gracia, porque ellos
estaban rechazando rotundamente al Señor Jesús, Quien en Su inmensa gracia se
había ofrecido a Sí Mismo como el sacrificio perfecto y final por sus pecados,
en el Calvario. Claramente, en el
contexto, “pecar voluntariamente” es cometer el pecado específico de conocer la verdad de que Jesús es el
sacrificio final y, sin embargo, elegir no aceptar Su obra terminada.
Como puedes ver, estos versículos no están dirigidos a los
creyentes. Estos no se dirigen ni se
refieren a cristianos que se “desvían” o “se descarrían”; tampoco se refieren a
cristianos que pecan en un momento de debilidad o tentación. Los genuinos creyentes en Cristo no pueden
cometer este pecado, simplemente porque ellos ya han creído en el sacrificio de
Jesús y han puesto su confianza en la obra terminada del Señor, y ellos ciertamente
no van a regresar a ningún templo para ofrecer sacrificios de animales por el
pecado. ¡Hay una diferencia muy grande entre
los dos!
Entonces, ¿qué dice la Palabra de Dios cuando se trata del
juicio y de Sus hijos? La palabra griega para “juicio” en Hebreos
10:27 es krisis, que significa una sentencia
de “condenación y castigo”. Ahora, ven
conmigo a Juan 5:24 y lee las propias palabras de Jesús: “En verdad, en verdad os digo: el que oye Mi palabra y cree al que Me
envió, tiene vida eterna, y no viene a juicio [krisis ], sino que ha pasado de
muerte a vida”. La misma palabra
para “juicio” (krisis) que se usa en
Hebreos 10:27 se usa aquí en esta escritura con respecto a los creyentes.
Amigo, ¿puede ser esto más claro y transparente? ¿De qué quiere Dios que estemos seguros? ¡De que nosotros, los creyentes, nunca entraremos al juicio krisis! Nosotros hemos pasado de muerte a vida. Los verdaderos creyentes nunca deben temer el
juicio del Señor, ya que toda la furia del fuego consumidor del juicio cayó
completamente sobre nuestro Señor en el Calvario. No permitas que nadie te robe hoy la certeza
plena de tu salvación en Cristo. ¡Amén!
Viendo a través de los ojos de la fe,
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