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jueves, 24 de noviembre de 2016

Jesús Es Tu Restaurador Y Tu Sustentador

Sea él también para ti restaurador de tu vida y sustentador de tu vejez…
Rut 4:15
La hambruna empobreció la vida de Noemí, una israelita.  Pero fueron la muerte de su esposo y sus dos hijos, las que la dejaron completamente desprovista. (Rut 1:1-5)  O eso pensó ella, hasta que Booz, que era un pariente cercano y rico, entró en su vida.
Como su pariente redentor, Booz desposó a Rut, la nuera viuda de Noemí.  Y a través de esa unión, Noemí tuvo un nieto.  El nacimiento de su nieto le dio nueva vida, provocando que las mujeres en su pueblo dijeran que el restaurador de su vida y sustentador de su vejez, había llegado a su vida. (Rut 4:14-16)
Booz es una figura de Jesús, nuestro pariente redentor.  Jesús vino a ser nuestro pariente cuando Él nació a este mundo como uno de nosotros.  Y Él se convirtió en nuestro Redentor cuando pagó con Su vida y Su sangre en la cruz nuestra redención.
Jesús se entregó a Sí Mismo por nosotros como el restaurador de nuestra vida y sustentador de nuestra vejez.  Cuando el restaurador de la vida está en nuestras vidas, lo que hemos perdido puede sernos restituido. (Joel 2:25-26)  Y con el sustentador de nuestra vejez en nosotros, nuestros cuerpos pueden ser renovados gloriosamente, a pesar de que estemos avanzando en edad.
Es por eso que cuando Moisés murió a la edad de 120 años, no se habían apagado sus ojos, ni había perdido su vigor. (Deuteronomio 34:7)  Caleb, a los 85 años de edad, todavía podía echar a los gigantes fuera de la tierra.  Dios, literalmente, había sustentado su cuerpo y lo hizo fuerte para la guerra. (Josué 14:11)  Sara fue ciertamente rejuvenecida por Dios en su vejez, para seguir siendo deseable ante un rey, a la edad de 90 años. (Génesis 20:1-2)  Dios incluso renovó su vientre.  Ella recibió fuerza para concebir (Hebreos 11:11), dando a luz a Isaac en su vejez.
Amado, Dios está fuera del tiempo y tu fe en Él te posiciona en esta zona atemporal.  Allí, en donde los años que fueron robados serán restituidos.  E incluso, ¡aunque tu edad aumente, tú no vas a envejecer débil, ni cansado, porque el restaurador de tu vida y sustentador de tu vejez, está en ti! 
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

Pensamiento Del Día

Con Jesús, el sustentador de nuestra vejez, en nosotros, nuestros cuerpos pueden ser gloriosamente renovados, a pesar de que avancemos en edad.


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